Por Alfonso Godoy
El domingo a las seis de la mañana en la sucursal bancaria del HSBC se activó la alarma y al ingresar la Policía junto al contador de la entidad: descubrieron que ladrones intentaron acceder a la bóveda donde atesoran el dinero.
Los delincuentes accedieron por el pulmón de manzana al patio del edificio de Avenida de Mayo entre Alberti y Luzuriaga.
Los ladrones lograron vulnerar las rejas protectoras para acceder a las oficinas desde el exterior.
Una vez adentro de las instalaciones descubrieron que instantes antes habían ingresado tras vulnerar las rejas y con una amoladora o un equipamiento de corte a fuego habrían intentado abrir la puerta de acero blindado de la bóveda.
Las chispas o el fuego generado por el dispositivo de corte utilizado por los delincuentes provocó un principio de incendio al entrar en combustión el material combustible existente en la oficina; como hojas y carpetas.
Aparentemente, una vecina del edificio habría alertado sobre la existencia de una intensa humareda que podría provenir de la entidad bancaria, ubicada en la planta baja.
La oficina de la bóveda linda con el patio en la parte posterior y hay una gran cantidad de metros de diferencia con el frente y todo un edificio que impide ver el humo.
Por ese motivo al acudir la Policía no advirtieron la presencia de humo al realizar una recorrida de rutina por el alerta vecinal.
El principio de incendio prosperó en las instalaciones al expandirse sobre varias carpetas y papeles acopiados en el lugar.
Así fue como se activó la alarma bancaria y acudió en una segunda oportunidad el Contador del Banco con la Policía.
Los ladrones abortaron el intento de robo ante la primera activación del sistema de alarma bancaria dentro de las instalaciones.
Aparentemente se llevaron el equipamiento de corte y las herramientas utilizadas para intentar acceder al dinero almacenado en la bóveda.
Los investigadores sospechan que se trataría de ladrones improvisados sin los conocimientos acabados sobre como abrir la puerta blindada y los cuidados para evitar la activación de la alarma.
El fiscal Pablo Santamarina inició la instrucción judicial a partir de la intervención de la Policía en las actuaciones.
La instructora judicial de la Fiscalía 1, María Eugenia Tocalini, recibió todos los informes policiales y requirió un minucioso análisis de cámaras de seguridad para identificar a los sospechosos.
El caso se instruye por la calificación de intento de robo, pero preocupa el segundo episodio en poco tiempo de acceso a una entidad bancaria para apoderarse del dinero atesorado durante el fin de semana.
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