El nene de diez años caminaba a hacer mandados a la madre un día de semana por la mañana en el barrio Kennedy.
El agresor lo redujo y lo trasladó, contra su voluntad, a un descampado para ultrajarlo.
La instrucción judicial en la Fiscalía 7 logró reunir evidencia desde el primer momento en que la madre de la víctima denunció lo ocurrido.
El fiscal D´Elío encabezó la acusación y además del testimonio del niño en Cámara Gesell se valió de una prueba muy valiosa: evidencia genética del imputado.
El procedimiento médico y judicial permitió obtener elementos de prueba que involucraron científicamente al acusado.
En la audiencia ante el juez Carlos Ariel Picco declaró la madre del pequeño. La mujer brindó un testimonio muy elocuente, pero la angustia le impidió terminar su relato.
El fiscal D´Elío, el juez Picco y el abogado defensor coincidieron en no obligarla a terminar de declaración. Su testimonio se incorporó al juicio por lectura con lo declarado en el expediente durante la instrucción.
La Fiscalía al momento de considerar los agravantes para pedir el monto de pena de doce años de prisión, de efectivo cumplimiento, se refirió a la reincidencia del convicto en este tipo de delitos contra la integridad sexual de un menor.
El fiscal D´Elío pidió al juez Picco que condenara al imputado por considerarlo autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal y robo.
La defensa legal no puso en duda la autoría del convicto en el ataque ni la materialidad ilícita del episodio cometido; pero requirió un monto de pena al mínimo de lo establecido por el Código Penal.
El lunes al mediodía el Tribunal Oral en lo Criminal 1 dará a conocer el veredicto condenatorio.
Se sabe que será una condena porque la defensoría ha reconocido la autoría del convicto en la agresión al menor.
Tras la audiencia de debate lo trasladaron los efectivos del Servicio Penitenciario a la Unidad Penal donde se encuentra privado de la libertad desde que ocurrió el episodio.
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