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En la mañana de hoy, la dueña de un local ubicado en la Avenida Yrigoyen 1.041 fue víctima de un violento asalto que dejó a la comerciante con una sensación de impotencia y malestar.
El hecho ocurrió alrededor de las once y media de la mañana cuando el establecimiento se encontraba abierto al público.
La víctima, visiblemente afectada, relató los detalles del suceso. “La verdad es que es una impotencia terrible, porque uno no puede hacer nada, se siente acorralado”, expresó la comerciante al periodista.
Según su testimonio, el asaltante ingresó al local sin dificultades, ya que suele mantener la puerta sin llave, especialmente durante las horas matutinas, cuando hay mayor afluencia de clientes.
“Entró al local y, ya en ese momento, me di cuenta de que iba a robarme. Se acercó al mostrador y me mostró un arma que llevaba en la cintura, diciéndome ‘dame todo, dame todo, porque te pego un chumbazo'”, relató la afectada. Ante la amenaza, la comerciante entregó rápidamente su celular, el objeto más cercano a su alcance.
El asaltante, luego de obtener el teléfono, llevó a la comerciante al área posterior del local. “Me llegó al local de atrás. Tengo el local a la calle, y detrás tengo como un local de estética. Me dijo que me quedara allí y amenazaba con disparar si encontraba más dinero del que le había entregado”, continuó explicando la víctima.
Sin embargo, la valiente comerciante aprovechó un momento de descuido del delincuente y decidió tomar cartas en el asunto. “En el momento en que me dejó en el local de atrás y él se fue hacia adelante para revisar, salí al patio con coraje. Lo dejé encerrado en el local y comencé a pedir ayuda por el patio trasero, compartido con el local de la quiniela de al lado”, relató.
Afortunadamente, la vecina escuchó los gritos de la afectada y alertó a la policía, que se presentó rápidamente en el lugar. A pesar de la pronta respuesta de las autoridades, el delincuente logró llevarse dos notebook y un celular de la comerciante, además de una caja de mercadería.
La víctima expresó su frustración ante la situación, destacando la impotencia de perder tiempo en la denuncia sin obtener resultados inmediatos. “Te lo muestran todo, saben quién es, saben dónde está, pero no pueden hacer nada. Más impotencia te da porque uno piensa que está perdiendo tiempo en vano”, concluyó la comerciante.
La policía continúa con la investigación del caso para identificar al asaltante.