Las personas que se encuentran privadas de la libertad en los calabozos de la Comisaría Tercera están monitoreadas todo el tiempo por cámaras de seguridad.
Es una impronta que le ha dado el nuevo jefe de la dependencia del barrio Acevedo, el comisario Gastón Tolosa.
El flamante titular de la dependencia, quien está desde diciembre del año pasado, instaló estos dispositivos como elementos de apoyo tecnológico al oficial que realiza el trabajo de “Imaginaria” de calabozos (control de los reclusos).
Así es como el oficial de servicio y el ayudante de guardia de la seccional pueden monitorearlo todo el tiempo desde la computadora de cada oficina.
Tolosa también tiene acceso desde su teléfono celular a las imágenes que transmiten en directo desde las cuatro cámaras instaladas.
Esta innovación es una de las intervenciones que sirven para garantizar la seguridad de los internos y facilitar la tarea de los uniformados encargados de la custodia.
El monitoreo audiovisual no es la única instalación para mejorar la seguridad en la dependencia.
También han instalado sensores de movimientos que se activan en los pasillos internos de los calabozos cuando los presos se encuentran dentro de las celdas.
En los primeros días de la gestión del flamante comisario han renovado el equipamiento de extintores; repararon la mampostería de las paredes; están por pintarlas y actualizaron la instalación eléctrica y de luminarias.
Están presupuestando las intervenciones de pintura y reposición de equipamiento de infraestructura para mejorar las condiciones edilicias del trabajo de los miembros de la fuerza de seguridad de la Comisaría de avenida Paraguay.
Sin teléfonos celulares en los calabozos
El comisario Gastón Tolosa impuso una regla muy clara entre los internos prohibiendo el uso de teléfonos celulares en los calabozos.
En las habituales requisas controlan que no existan dispositivos de telefonía ni elementos cortantes.
El único permiso que tienen los reos dentro de los espacios comunes de las celdas es el de fumar cigarrillos de tabaco.
Además, los días de visitas de familiares están acotados y deben cumplir con normas de conductas muy estrictas para no poner en riesgo la seguridad de ellos, de terceros y sus allegados.
El jefe de la dependencia policial tiene un diálogo honesto, claro y de entendimiento con los convictos alojados en la sede policial para que cumplan con las reglas de comportamiento mientras se encuentren privados de la libertad por procesos penales en los que están involucrados.
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