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La semana pasada en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Pergamino recibieron la notificación que a Fabián Nuñez se le agotaron las vías recursivas en distintas instancias judiciales superiores y quedó firme la condena a prisión perpetua.
Desde ahora el expediente judicial deja de estar radicado en los Tribunales pergaminenses y queda bajo la órbita del Juzgado de Ejecución Penal.
Los abogados defensores interpusieron el último recurso al máximo Tribunal, la Corte nacional, luego que en el ámbito judicial bonaerense quedara confirmada por la Suprema Corte provincial.
Así fue como quedó confirmado el veredicto condenatorio de los jueces Guillermo Burrone; Danilo Cuestas y Miguel Ángel Gaspari.
En el debate oral la acusación fiscal estuvo a cargo de Nelson Mastorchio y el abogado de la familia Hortiguera fue Pablo Caldentey. En tanto, Néstor Líber Álvarez fue el defensor de Nuñez.
El 6 de enero de 2012 en el séptimo piso “B” de Goyita Salas 440 de Pergamino, cerca de la Ruta Nacional Nº8, donde la novia de Iván, en ese momento de 14 años, se encontraba sola y a las 3 de la madrugada lo llamó para que fuera a su casa porque su padre había salido.
En la etapa de instrucción se determinó que al llegar a las 8 al departamento e ingresar a la habitación de su hija, Núñez encontró a los novios durmiendo juntos y comenzó a insultar a Iván, lo golpeó y le dijo que se fuera de la casa.
“Andáte de acá, te voy a matar, si no te tirás, te tiro yo”, amenazó Núñez al adolescente, según declararon los vecinos.
En el juicio oral, fue clave la declaración del director de Criminalística de la Superintendencia de Policía Científica, comisario mayor Marcelino Cottier, quien afirmó que la víctima fue empujada por un agente externo -el acusado- desde la ventana de la habitación del séptimo piso.
Según el perito, la secuencia fue que después de correrlo por todo el departamento y romper todo lo que se cruzara en su camino, el imputado lo arrinconó contra la ventana, donde lo quiso tirar. Añadió que Iván se resistió tomándose del marco de la ventana, pero en esa acción, el acusado lo atacó a trompadas, lo desmayó y, vencida la resistencia, lo pudo empujar por la ventana, determinó.
El acusado, al decir sus “últimas palabras” en el debate, sólo admitió que la situación se le “fue de las manos”.