Los comerciantes de la Carnicería “El Cencerro” no pueden volver a abrir las puertas del local en estos días porque le produjeron daños en el equipamiento de enfriamiento de las cámaras al robarles caños de bronce.
La Carnicería «El Cencerro» de avenida Paraguay al 800 (esquina Pico) no puede volver a abrir sus puertas por los robos y daños al sistema de enfriamiento de la cámara frigorífica.
El lunes los comerciantes regresaron a la vivienda donde funciona el local en el frente.
Los moradores se encontraron sin agua y al revisar las instalaciones comprobaron daños en el tanque y las cañerías y robos de equipamiento del motor que brinda frío a la cámara donde se guarda la carne.
La encargada del negocio ha dado a conocer la magnitud del robo y el perjuicio que les genera. «El daño es grande porque nos quedamos sin poder abrir el negocio. Nosotros habíamos estado cerrado de vacaciones. Vivimos acá en el negocio, pero hace un mes que está cerrado. Íbamos a abrir este fin de semana pero nos rompieron los dos equipos de frío y el equipo de la heladera. Se robaron los caños y rompieron un motor. El gasto es enorme. También se llevaron los caños del agua y nos rompieron el tanque de agua. Así que tenemos que también cambiar el tanque de agua y estamos evaluando si volvermos a abrir o no. Pero va a ser muy difícil poder abrir de vuelta el negocio. Nos quedamos sin agua y sin ningún equipo de frío. No me quedó una heladera», resaltó la mujer.
Los ladrones al robar se apoderaron de los caños de bronce de los extremos de los motores y los de hydrobronz del tanque de agua. En referencia a lo que sustrajeron consideró: «ellos agarraron un par de cañitos, pero a nosotros nos hundieron porque el daño que hicieron es inmenso. Es como cuando te roban del medidor del gas, que te sacan ese cañito chiquito; pero después el propietario de la casa tiene que hacer todos los planos nuevos, la instalación nueva y todos los gastos que conlleva. Yo iba a abrir este viernes y tuve que rechazar el pedido de carne que me lo iban a traer hoy porque no me quedó una heladera. No puedo trabajar. Me hicieron cerrar el negocio de golpe y no sé cuándo lo voy a poder abrir. Espero poder abrirlo lo antes posible pero no lo sé. Porque a lo que están las cosas si tengo que comprar otro motor nuevo romperlo y sacar un cañito y me rompieron el motor eso es lo que más me indigna», resaltó angustiada la víctima.
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