El viernes en la quinta jornada de juicio oral por el legado de la hacendada se desarrolló con un careo entre dos mujeres que aparecen como testigos del Testamento.
La convocatoria fue generada a partir de las versiones disímiles de un mismo acto en el que una dijo haber participado de un acto legítimo delante de una profesional, Zulma Estallo Sánchez (la hacendada) y la otra, por el contrario, negó que la firma que estaba en el testamento fuera suya, que no concurrió al despacho profesional a firmar nada y que no conocía a la adulta mayor que dejaba la herencia a los familiares.
La instancia fue requerida por el abogado Roberto Casorla Yalet, quien interviene como querellante representando los intereses de la heredera natural, Leonor Estallo Sánchez.
El reconocido penalista fue quien inició el interrogatorio para la mujer que declaró haber participado de un acto de firma del testamento en la oficina de una profesional junto a otros testigos.
Cómo ambas mujeres habrían participado del mismo acto de firma del testamento, el abogado Casorla Yalet le preguntó a la mujer que dijo haber participado de ese cónclave si conocía a la otra testigo que estaba a su lado al momento del careo en la sala de audiencias de los Tribunales.
Ella respondió no saber. “No sé, no puedo afirmarlo, porque no recuerdo el rostro, no recuerdo haber mirado exactamente la persona que estaba ahí”; fue su respuesta textual. El letrado le volvió a consultar: “¿Cuántas veces fue testigo en el testamento que dijo?”. Ella dio como respuesta: “Una” y el penalista insistió en repreguntar: ”¿No recuerda cómo eran las personas?”. “No” repitió la testigo. La mujer le consultó al abogado si le estaba requiriendo sobre las descripciones de los demás testigos: “¿Cuáles personas? ¿Las que estaban en el testamento? Fue la pregunta de la testigo al abogado. Casorla Yalet insistió en que se estaba refiriendo a las otras personas, quienes como ella eran testigos en el testamento. “¿Cuántas personas había, señora?” ¿Es lo que se ha declarado?”; destacó el representante de Leonor Estallo Sánchez.
El juez Carlos Picco intervino para reconstruir lo que oportunamente había declarado la mujer, tal como lo tenía registrado el magistrado. “Señora, usted en su momento dijo que cuando entró ya estaban Zulma y la escribana”, reformuló la consulta el juez.
La mujer respondió: “cuando yo entré al despacho de la escribana, ella llamó y las personas ya estaban dentro de la sala”.
Nuevamente Picco orientó en el interrogante: “El doctor le pregunta si había más personas ahí en ese momento”. La testigo amplió su respuesta: “En ese momento me parece que no. Debe haber llamado a otra persona. Yo lo hice”, se refirió al acto de firmar el testamento.
El juez Carlos Picco le volvió a prguntar: ¿Se mantiene entonces en sus dichos?”. “Sí”, respondió la mujer.
En ese momento le dieron lugar a la declaración a la testigo que en forma categórica negó haber firmado, aseguró que no concurrió a la oficina de la profesional y que no conocía a Zulma Estallo Sánchez.
El abogado Roberto Casorla Yalet le formuló la pregunta para que declare en el careo. “Si bien la señora fue clara y elocuente, voy a pedir que reitere. ¿Cuándo fue la última vez que estuvo en la escribanía?”, fue el interrogante del letrado. “¿Yo cuándo fui la última vez? No. Nunca estuve presente en ese acto”, respondió categóricamente. Y agregó: “Lo vuelvo a ratificar en este momento. Jamás estuve en ese acto. Vuelvo a repetir lo que es mi declaración. Jamás estuve en ese acto de testamento. No conozco a la señora. No firmé nada. Vuelvo a repetir en detalle mi declaración de la primera declaración en fiscalía y la del otro día (en el juicio). Nunca la vi a la señora. No la conozco tampoco. Jamás en mi vida la vi. Pero jamás la vi”, reiteró insistentemente para que quedara claro que no conocía a la otra testigo con la que estaba participando del careo. “No estuve en la escribanía con ninguna persona, ninguna reunión, en ningún testamento. Cuando en fiscalía me citan, no sabía para qué iba. Cuando me muestran ese testamento lo desconozco. No conozco a nadie de la familia (de Zulma Estallo Sánchez) ni la situación familiar que me describe. Y no reconozco esa firma como propia. Lo vuelvo a decir, a jurar ante el excelentísimo tribunal y ante todos los presentes”, concluyó la mujer.
Con ninguna otra cuestión que resolver en el careo y sin preguntas de nadie de las partes: dieron por cerrada la jornada y liberaron a las testigos de la carga pública.
La audiencia de los alegatos de cierre será el próximo jueves 2 de mayo a las 11:00 horas.
Careo de tres minutos
El careo entre las dos mujeres duró menos de tres minutos donde respondieron la pregunta de la querella legal de Leonor Estallo Sánchez.
De esa manera la audiencia del viernes fue la más corta porque las demás duraron en promedio seis horas.
Casorla Yalet
El abogado Roberto Casorla Yalet al termino de las jornadas de producción de pruebas en el juicio hizo un balance del desarrollo del debate durante toda la semana. “La primera evaluación que la teoría del caso que hemos planteado inicialmente está probada. Es decir, que nosotros pudimos demostrar en el curso del debate que hubo un instrumento público falso, que se mal utilizó la capacidad limitada que tenía Zulma Estallo Sánchez para hacerla suscribir una serie de documentos con el fin de desheredar a Leonor Estallo Sánchez. Y finalmente, y el punto más importante, que no existe ni ha existido ningún indicador probatorio que pueda traer aparejada la posibilidad de que la voluntad de Zulma Estallo Sánchez, con 94 años, no haya sido dejar sin bienes a su hermana. Eso fundamentalmente es lo que pudimos probar en el curso de todas las jornadas, de estas cinco jornadas extensas, muy bien conducidas por el juez Carlos Picco, donde se respetaron los principios constitucionales de debido proceso, de legalidad, de contradicción. Todo lo que ocurrió en el marco de este debate fue en el ámbito del cumplimiento de nuestra Constitución Nacional. Pero sobre todo lo que tiene que ver con la prueba ha quedado probada la estafa, el uso de instrumento público falso y la falsificación de instrumento público por parte de la profesional y del grupo que, por asociación criminal, de manera organizada y con expresa división de roles, han llevado adelante la nuera y las dos nietas de Leonor”, declaró el letrado.
“Hoy acabamos de escuchar en el careo que se hizo que la testigo que asegura, adelante de un juez que jamás estuvo presente en el acto del testamento y mucho menos lo hizo con el resto de los testigos. La profesional dio cuenta que estaba con las testigos y con la testadora; quien no comprendía cabalmente sus actos, no podía tener discernimiento, intención o libertad, que son los puntos críticos de la voluntad para establecer el acto más sacramental que prevé el Código Civil y Comercial de la Nación y ya el código anterior también lo preveía. El protocolo que debe cumplirse, la sacra mentalidad que requiere el acto dispositivo de última voluntad no puede ser sustituido en un momento anterior ni posterior por ningún otro elemento de prueba que pueda complementar. No es un acto que pueda ser complementado, con lo cual escuchamos que debería reputarse este acto inválido en sede civil, naturalmente, y condenar a las imputadas, la profesional la nuera y las dos nietas de Leonor”, manifestó el abogado penalista.
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