Durante un año “Pulpo” se sometió a cirugías y tratamiento de quimioterapia para lograr superar la enfermedad, pero en los últimos días su cuerpo no pudo sobreponerse a la expansión del cuadro oncológico en su organismo.
Leo era un ferviente cultivador de la amistad a través del fútbol amateur y los torneos entre amigos.
Johana escribió: “Mi pulpis, mi par, mi hermano, mi otra mitad. No puedo creer estar escribiendo esto. Hoy con todo el dolor del alma nos tocó despedirte de este plano. Sí, de este mundo que no te supo valorar, ni a vos ni a papi. Porque ustedes dos fueron de esos tipos que no te volves a cruzar dos veces en la vida, de esos que te quedan chicas las palabras para describirlos. Y yo tuve la fortuna de que fueran mi padre y mi hermano. Durante 11 años fuimos cuatro, la infancia más feliz que podríamos haber vivido. Y el resto de los años nos volvimos uno los tres. Te convertiste un hombre fuerte del día a la noche y nos protegiste a mami y a mí el resto del camino, fuiste padre cuando lo precise y fuiste mi hermano viviendo tantas tardes y noches, salidas, recitales y tantísimos momentos que forman parte de mi. Por allá nos decían los caravanney y ahí estábamos los dos disfrutando de la vida y enfrentando cualquier obstáculo que se nos presentara. Me apoyaste en mis egresos y sueños, y en todo momento que lo precisé. Estos últimos años tuviste la bendición de conocer a tu pareja, quien te dio la hermosa familia que formaste, amaste y disfrutaste. Y llegaba una nueva etapa para los dos, escribiendo nuestras propias historias para agrandar esta flia. Y sin imaginarlo la injusta vida nos vuelve jugar con la misma vara y te tocó vivir en primer persona lo que alguna vez papi luchó. La peleaste y te la bancaste como un león, así como nuestros padres te llamaron. Y hoy solo me consuela saber que no sufrís más, que ya te encontraste con papi, juntos en la eternidad, en paz y para siempre. Que te despedimos como lo merecías con muchísima gente que te adora y no dudo que dejaste una huella en cada uno de ellos. No me voy a cansar de hablarle a mi hija, orgullosa y con todo el amor, de su abuelo y su padrino, ustedes desde el cielo, nosotras desde la tierra, siempre juntos y con el amor que nos caracteriza, fue, es y será nuestra fuerza poderosa que atraviesa planos y no morirá jamas. Gracias por estos 30 años compartidos, te vamos a extrañar horrores, pero te recordaremos como el pulpo de la gente, el famoso soñador y divertido que amaba que toda su gente se junte y celebre. TE AMAMOS
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