Una mujer con más de sesenta causas judiciales, que la involucran como imputada de amenazas, coacciones y lesiones sumó un nuevo episodio violento que tuvo como víctimas a un comerciante y su beba de tres meses.
El incidente tuvo lugar en la panadería Las Bambinas, ubicada en la peatonal de San Nicolás y Dorrego, cuando la mujer, conocida por su historial de agresiones, atacó al propietario del negocio arrojando piedras y poniendo en peligro a su hija de tres meses.
Este grave episodio encendió las alarmas no solo por el nivel de violencia, sino también por las circunstancias de vulnerabilidad que rodean tanto a la agresora como a sus propios hijos menores.
Una situación fuera de control
Según relataron testigos, el ataque ocurrió cuando persiguió al comerciante desde las inmediaciones del vacunatorio municipal hasta la residencia familiar a la que estaba trasladando a la beba tras aplicarle una aplicación de una inmunización del protocolo de Salud.
La mujer lo identificó al comerciante al verlo al volante del vehículo particular y lo siguió hasta su domicilio en bicicleta. Esperó a que descendiera del vehículo para abordarlo en la vía pública. En ese momento, lanzó un proyectil que impactó en el vehículo, donde también se encontraba la bebé. La víctima logró poner a su hija a salvo de los proyectiles y se refugió junto a la madre en el edificio del departamento familiar.
La atacante anunció que atentaría contra uno de los locales comerciales de la zona céntrica.
Posteriormente, cumplió con su amenaza de causar destrozos en la panadería, a pesar de los esfuerzos del hermano del propietario por evitar mayores daños.
Este no es un caso aislado. La mujer, que ya ha perdido la custodia de otro de sus hijos tras un episodio de violencia doméstica, nuevamente utiliza a los hijos como escudo y los lleva para protagonizar incidentes en la vía pública.
En estos días se la está viendo con frecuencia deambulando por el centro de Pergamino, acompañada por su bebé, en situaciones que implican un alto riesgo tanto para la integridad del menor como para las personas que interactúan con ella.
La falla de un sistema judicial permisivo
La condena a arresto domiciliario nocturno, otorgada previamente por el Juzgado Correccional 2, ha demostrado ser insuficiente. A pesar de contar con más de 60 causas penales, las medidas adoptadas no han logrado frenar los comportamientos violentos de la mujer, quien sigue actuando impunemente en plena vía pública.
El episodio reaviva la crítica hacia los operadores judiciales: fiscales, defensores y jueces. La decisión de otorgar penas leves, argumentando el rol de la mujer como madre, ignora los riesgos que enfrentan sus propios hijos. La comunidad, por su parte, se pregunta cómo es posible que las autoridades permitan que esta situación continúe sin tomar medidas definitivas.
Un riesgo latente para todos
Para los vecinos y comerciantes de Pergamino, la situación es insostenible. El dueño de Las Bambinas expresó su temor, indicando que siente haber sido “tomado de punto” por la agresora. Por su parte, las autoridades policiales recibieron múltiples denuncias, pero los episodios violentos persisten.
La comunidad teme que esta cadena de incidentes desemboque en una tragedia. “Va a pasar una desgracia, primero con ese bebé que está en riesgo constante”, declaró un testigo del ataque.
Reflexión necesaria
Este caso pone en evidencia la necesidad urgente de una revisión integral del sistema judicial y de protección infantil. Las medidas actuales no solo fallan en garantizar la seguridad de las víctimas, sino también en preservar la integridad de los menores que dependen de la mujer.
Es imperativo que la Justicia actúe con firmeza para evitar que episodios como este continúen ocurriendo. Solo con decisiones contundentes y efectivas será posible salvaguardar a la comunidad y prevenir tragedias que, lamentablemente, ya parecen anunciadas.
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