La docente Miriam Di Cristofaro es la mamá de Catalina Cueto, una adolescente de 18 años que falleció el miércoles como consecuencia de una enfermedad oncológica.
La madre acompañó a “Cata” a lo largo de todo el tratamiento lograron sobreponerse hasta del fallecimiento del marido de la maestra y padre de la jovencita.
“Nacho” Cueto sufrió un ataque cardíaco en la vía pública a bordo de su vehículo utilitario a fines de septiembre del año pasado y lograron superarlo; aunque fue muy duro.
La mamá de la joven sostiene que “Cata” la luchó hasta el final con todas sus fuerzas y con todo el espíritu juvenil de lograr vencer a la enfermedad.
Miriam siente la satisfacción y el orgullo del amor que ha sabido ganarse de las personas que la han rodeado en su vida y en especial en último tiempo cuando sus amigas siempre estuvieron con ella y los familiares más cercanos.
En la fría mañana del 24 de junio de 2019 la médica Clide Coscia le practicó una resonancia a partir de la cual les informó a Catalina y los padres el diagnóstico: sarcoma de Ewing, un cáncer que se produce alrededor de los huesos.
La especialista derivó a la adolescente a que hiciera un tratamiento en la Nueva Clínica del Niño de La Plata con Daniel Pollono; uno de los mejores oncólogos infantiles del país.
Catalina respondió bien al tratamiento y pudo realizar gran parte de las actividades escolares y sociales a la par de sus compañeros de los últimos años del nivel secundario en la Escuela Normal y del Club Comunicaciones.
La pandemia por el Covid-19 postergó el viaje de egresados que logró realizarlo a principio de este año con sus compañeras en Bariloche para disfrutar grandes momentos inolvidables.
En los últimos dos meses su cuadro se agravó y requirió una internación en el centro de salud platense.
El diagnóstico de la enfermedad empezó a ser cada vez más desalentador y en un momento la madre intervino para cumplirle el deseo a la joven de pasar sus últimas horas cerca de sus amigos y seres queridos.
Así fue como lograron su derivación a la Clínica Pergamino; gracias a médicos del centro de salud local que tuvieron empatía con la muchachita y consiguieron una cama.
Por ese motivo el agradecimiento de Di Cristofaro está muy enfocado a los directivos y cuerpo médico de la Clínica Pergamino que la recibieron y la asistieron con mucha paciencia.
Entre tanto desconsuelo para la mamá le queda la satisfacción de todo lo que ha dado su hija hasta el último momento.
Recuerda con orgullo que mientras daba batalla a la infección y la fiebre; desde la sala del centro de salud pudo regularizar la cursada de la carrera de Marketing en la UCA y rendir parciales. La madre recuerda su gran sentido de la responsabilidad que la hizo rendir con la nota más alta el examen final de Matemáticas en la Secundaria desde la habitación de la Clínica de La Plata.
Las personas que la han tratado recuerdan su sonrisa siempre presente y mucho más en estos más de dos años de lucha para superar a la enfermedad.
Por Alfonso Godoy
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