Siempre se dijo que el impacto de la construcción en la generación de empleo es importante no sólo por los puestos de trabajo directos sino también por los indirectos. Siempre fue así pero este año en particular cuando la Argentina necesita recuperar con creces el derrumbe del 10% del PBI del 2020, las apuestas sobre este sector se redoblan.
Hay algunos datos alentadores para el Gobierno del presidente Alberto Fernández en esta dirección. Por ejemplo un reciente informe del Ministerio de Desarrollo Productivo, que conduce Matías Kulfas, acaba de destacar que en el marco de la recuperación de la industria en torno al 4%, las fábricas productores de materiales para la construcción “retomaron el crecimiento tras la desceleración de los primeros meses del 2021: los despachos de cemento tuvieron el mejor julio desde 2015”, señaló ese documento.
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No por nada, el presidente Fernández lanzó desde el plan Argentina Construye que busca inyectar 29.000 millones de pesos para crear 750.000 puestos de trabajo con la construcción de viviendas hasta el Plan Procrear y créditos para la construcción de la línea Casa Propia. “La construcción de vivienda es una muy buena forma de poner en marcha una economía que estaba muy quedada, porque tiene un efecto multiplicador, y porque gran parte de lo que se necesita para construirla no tenemos que importarlo de ningún lado, sino que lo hacemos nosotros”, sostuvo el primer mandatario en la que fue, en su momento, la presentación de ese programa.
Es cierto, en la construcción no existen tensiones en torno a los insumos importados que generan revuelo con algunos precios y también demanda de dólares que hoy no les sobran a la Argentina. Por eso, entre otras cuestiones, en el mismo sector sostiene que el ministro de Economía, Martin Guzmán, está casi al día con todos los pagos de obra púlica; tal vez porque el mismo titular del Palacio de Hacienda tiene las cuentas muy ajustadas de aquí a fin de año y no quiere aucmular deuda.
Casa propi, la asignatura pendiente
Con todo, hay algunos constructores que piden más. Desde la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, que preside Daniel Mafud, advirtieron que el déficit de viviendas a nivel nacional es cercano a los 4 millones de unidades. Por ejemplo desde esta entidad pregonan alternativas a los créditos hipotecarios con indexaciones a precios constantes y a nivel nacional. “Los créditos hipotecarios actuales con tasas de dos dígitos arrojan una cuota inicial que supera largamente el salario medio por lo cual no pueden ser aplicados”, advirtió en un informe reciente.
Más allá de que quede mucho por recorrer en materia de déficti habitacional en la Argentina, hay algunos datos oficiales que siguen encendiendo expectativas. De acuerdo conel INDEC, el ritmo de suba de precios en la construcción se moderó.
Si bien en julio, los precios la construcción aumentaron en julio 5% respectivamente en la comparación con el mes anterior; el resultado implica un freno a la baja del nivel inflacionario en los precios de la construcción, que cayeron un 2,7% en abril desde el 6,4% que se registró en marzo, y que siguieron bajando en junio hasta el 2%. En la comparación interanual, la inflación en la construcción alcanzó un 66,8% y ese indicador de julio estuvo motorizado por el costo de la Mano de obra (+7,2%) y de los Gastos generales (+5%).
Un sector clave para el empleo
Luego de haber estado frenada el año pasado por razones sanitarias, en el 2021 la construcción traccionó tanto en las grandes construcciones como en las refacciones domésticas y, en este sentido, la pandemia, el teletrabajo provocó que, al estar muchas más horas en el hogar, muchas familias que tenían ahorros pudieran volcarlos a mejorar su vivienda. Esto también impactó en el trabajo informal, es decir en las changas de las que viven muchos trabajadores informales en los sectores más vulnerables.
Por eso, una vez más, la importancia del empleo en la construcción. Este año, la consultora ABECEB advirtió que se precisan 5 años con crecimiento económico por encima del 3% para poder recuperar el número de ocupados que había en 2019, es decir antes del Covid-19. Ese mismo infome advirtió que “el principal riesgo es que 2021 se convierta en un año de rebote (económico) sin empleo. Si avanza la normalización en las horas trabajadas, entonces la economía podría crecer entre 3,6% y 5,3% en el año sin generar ningún puesto de trabajo”. Para el Gobierno éste será un año con una suba en el PBI cercano al 7%.
De acuerdo con los últimos datos oficiales, el PBI abandonó una mala racha de 4 caídas consecutivas y creció 2,5% en junio en la comparación desestacionalizada con el mes anterior y quedó muy cerca del nivel que tuvo en marzo, justo antes de que comenzara el pico de la segunda ola. En lo que va del año acumuló un crecimiento de 1,2%.
Según el análisis de esta misma consultora, mientras que sectores como el comecio o la intermediación financiera mostrarían una panorama neutro en cuando a la suba del empleo este año; “la construcción explicaría entre la mitad y más de tres cuartos de la creación neta de empleo”. Tal vez esa sería la razón por la que se apuesta a la construcción para “poner ladrillos a la obra” a la hora de generar trabajo.
De BaeNegocios
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