Jorge Leiva tiene setenta años y hace mucho tiempo que está pendiente del nicho donde se encuentran los restos de su hermano; fallecido a los 16 años afectado por un grave cuadro de “mal de los rastrojos”.
El miércoles sintió que los vándalos profanaron lo más preciado de su memoria: al visitar el cementerio de Acevedo y encontrar dañado el nicho de su familiar y otros espacios donde yacen los restos de personas fallecidas.
Leiva realizó la denuncia en el Destacamento Policial de Acevedo para que investiguen lo ocurrido, donde varios nichos y tumbas quedaron dañados por el vandalismo despiadado.
Por Alfonso Godoy
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