Por Alfonso Godoy para Real365
En la Fiscalía 3 tienen amplias expectativas en que existan coincidencias entre el proyectil que mató al adulto mayor de 71 años y los incautados en los distintos procedimientos policiales desplegados en las últimas horas.
En el predio de acopios de granos La Unión de Alfonso se concentraron alrededor de cincuenta efectivos del Comando de Patrulla Rural, de la Policía de Investigaciones (DDI) y y de las dependencias de Seguridad dependientes de la Jefatura Departamental.
Veinte móviles se desplegaron en forma sincronizada para realizar los allanamientos de urgencias requeridos por el fiscal Mastorchio a partir de los indicios acumulados por el ayudante fiscal Abel Adrián Rodríguez en el expediente de la unidad especializada de investigaciones de delitos en el campo.
En nuestra ciudad allanaron viviendas de personas sospechadas de los barrios 12 de Octubre; Acevedo y Otero. En tanto, otros de los procedimientos fueron la planta urbana de la localidad de Fontezuela.
El caso es muy complejo de esclarecer porque no quedaron indicios concretos sobre la cantidad de sospechosos que cometieron el asalto en el campo de los hermanos Iribarren en la ruta 8 entre Pergamino y Fontezuela en la noche del jueves 11 de mayo.
Once días después, el 22 de mayo, falleció Pío Alberto Iribarren tras permanecer internado en terapia intensiva sin poder aportar testimonio sobre lo ocurrido.
El sobreviviente es el hermano mellizo, quien abrió fuego contra los agresores que mantuvieron reducida a la víctima de un intercambio de disparos.
Desde el interior de la vivienda disparó al menos en cuatro oportunidades Tomás Martín Iribarren hacia el exterior donde se encontraban los ladrones con su hermano reducido y tomado como rehén para ingresar a la morada a sustraer pertenencias de valor.
Por el homicidio se encuentra detenida una mujer de 44 años, quien había estado minutos antes en la vivienda realizando distintas atenciones a los mellizos.
De acuerdo a lo que surge del caso: ella desde hace un tiempo que frecuentaba la finca rural para atenderlos sexualmente y realizar trabajos domésticos.
Tal como surge de las actuaciones: solía ir sola, con la madre o con otras mujeres que en algunas oportunidades habrían sido de muy corta edad.
El jueves 11 de mayo Pío Alberto Iribarren la fue a buscar a las cinco de la tarde al domicilio de avenida Monseñor Scalabrini, cerca de la Escuela Primaria 8.
Luego pasaron a retirar a la madre y los tres se trasladaron al campo. Los cuatro pasaron una tarde de esparcimiento, cenaron y alrededor de las diez de la noche los tres volvieron a montarse a la pick up Chevrolet S10 de los productores agropecuarios.
Minutos más tarde dejó a la madre y a la hija en ambos domicilios para retomar el regreso a las instalaciones rurales.
Al llegar al perímetro del casco del campo Pío Alberto hizo sonar la bocina de la camioneta para que Tomás Martín desactivara la alarma. Así fue como ingresó el vehículo en una cochera techada, pero al dirigirse a cerrar la tranquera lo redujeron dos delincuentes.
Lo intimidaron con armas de fuego y lo trasladaron reducido para intentar ingresar a la vivienda a sustraer dinero y pertenencias de valor.
Tomás Martín escuchó los gritos de los desconocidos y advirtió que su hermano estaba en peligro al ser golpeado por los desconocidos.
Una vez que se acercaron a una puerta disparó dos veces y efectuó un par de detonaciones más cuando intentaron acceder por otra de las aberturas.
Los asaltantes también habrían disparado y en esa balacera terminó herido en el abdomen y en la mano, Pío Alberto Iribarren.
El hermano llamó a la Policía y los delincuentes escaparon. Una ambulancia de Same trasladó de urgencia a la víctima; quien nunca pudo sobreponerse a las letales lesiones sufridas.
El jefe del Comando de Patrulla Rural, comisario Daniel Corsa, junto al oficial Guillermo González Lopiano, avanzaron en distintas líneas investigativas para lograr indicios.
La consecuente investigación de la brigada de delitos rurales ha sido enriquecida con varias pruebas aportadas por la división de Inteligencia Criminal, a cargo del comisario Walter Alfonso.
El ayudante fiscal Abel Adrián Rodríguez obtuvo distintos elementos que obtuvieron en la instrucción judicial para sumarlos a las evidencias policiales.
Así fue como nombres y apellidos de varios sujetos y sus posibles conexiones con otros integrantes del mundo del hampa terminaron definiendo los lugares donde realizar los operativos policiales.
En las requisas de los once allanamientos secuestraron varias armas de fuego; municiones de distintos calibres y teléfonos celulares.
Desde la Fiscalía 3 incorporaron todas las actuaciones de los procedimientos al expediente judicial para requerir que el juez de Garantías, Fernando Ayestarán, convalide los operativos realizados en la urgencia.
Una vez que el Juzgado de Garantías homologue la intervención de la Policía y la Fiscalía: se podrá avanzar en las pericias sobre las armas, las balas y los dispositivos de comunicación móvil.
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