Milagros Amarillo, residente del barrio José Hernández, vive una pesadilla constante marcada por ataques y hostigamientos en el marco de un caso penal de violencia de género con su ex pareja. A pesar de contar con medidas judiciales de restricción que buscan alejar a su agresor, la situación ha escalado a niveles alarmantes, poniendo en peligro su vida y la de sus seres queridos.
Días atrás, Milagros fue víctima de un disparo, y recientemente, su amiga resultó herida por un proyectil de arma de fuego en circunstancias similares. Amarillo sostiene que la bala estaba dirigida a ella, alimentando sus temores de convertirse en la próxima víctima fatal de un femicidio si no se toman medidas urgentes.
A pesar de haber presentado numerosas denuncias y contar con medidas perimetrales, la violencia persiste. Milagros vive encerrada en su casa, enfrentando agresiones físicas y atentados a su vida. Asegura que la presencia policial no es suficiente, ya que sus agresores eluden las autoridades y los vecinos temen represalias por su carácter conflictivo.
En una declaración desesperada, Milagros Amarillo pide ayuda a la comunidad y solicita que su caso se vuelva viral para generar conciencia sobre su situación. Afirma que vive un calvario desde hace cuatro años, sin poder rehacer su vida debido a una familia conflictiva que la acosa constantemente.
El viernes pasado, Milagros y su amiga fueron atacadas a tiros mientras caminaban por la esquina de su casa. A pesar de haber presentado la denuncia correspondiente, la falta de novedades y respuestas la sume en un estado de angustia y temor constante.
Amarillo implora a los jueces y fiscales que escuchen su caso, expresando la necesidad urgente de salvar su vida y la de sus hijas. Señala que la violencia armada y la impunidad reinan en su entorno, haciendo casi imposible la búsqueda de justicia.
La residente del barrio José Hernández reclama la atención de las autoridades y de la sociedad en general, pidiendo que su caso se difunda ampliamente para que, en caso de que algo le suceda, quede claro quiénes son los responsables. La situación ha llegado a un punto límite, y Milagros Amarillo teme que la próxima vez pueda ser incapaz de contar su historia.
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