El episodio recordó el crimen de Fernando Liguori. La Policía los arrestó, la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil requirió la detención y el juez los liberó.
El Juzgado de Garantías entendió que cinco menores no tenían que permanecer privados de la libertad tras cometer un violento intento de robo a un ciclista en un camino rural mientras practicaba actividades aeróbicas el martes a la tarde.
El episodio ocurrió en el camino rural de Tamequ, paralelo a la ruta nacional 8, que une nuestra ciudad con Fontezuela.
Alrededor de las 16:30 horas un ciclista aficionado evadió a los cinco asaltantes que intentaron obligarlo a detenerse interponiéndose en el recorrido.
Una vez que logró la maniobra de evasión recibió el impacto de un proyectil disparado con una gomera que lo hizo caer del rodado.
El ciclista logró volver a montarse y pedalear a gran velocidad para ponerse a resguardo y llamar al servicio de emergencias 911.
La Policía desplegó varios móviles que lograron interceptar a los integrantes de la banda de asaltantes.
Son dos adolescentes de 14 años, un par de 16 y el mayor de todos de 17; quienes fueron trasladados demorados a la alcaidía juvenil.
El fiscal Daniel Aguilar en la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil incorporó la evidencia secuestrada por los uniformados en el procedimiento.
En este sentido, además de la gomera señalada por la víctima, secuestraron un cuchillo.
La Fiscalía les imputó el delito de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa.
Con esa imputación el fiscal Aguilar les requirió al Juzgado de Garantías que ordenara una medida privativa de la libertad.
El juez Julio Caturla entendió que por la edad y la calificación legal no correspondía una medida de coerción y ordenó que los menores sean reintegrados con los padres.
El episodio recordó el crimen del ciclista Fernando Liguori que recientemente terminó en condena a prisión perpetua a los dos principales imputados de disparar letalmente para intentar despojarlo del rodado mientras practicaba actividades aeróbicas junto a la esposa, Carolina Piperno.
Por Alfonso Godoy
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