Por Alfonso Godoy
El jueves al mediodía el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 dio a conocer el veredicto condenatorio a seis años de prisión a un sujeto por los abusos sufridos por la hija de la pareja.
El juez Guillermo Burrone condenó al docente (38) por los abusos sufridos por una niña desde que tenía diez años de edad.
El magistrado lo condenó por abuso sexual simple agravado por su calidad de encargado de la guarda de la víctima en episodios reiterados.
En la sentencia el juez unipersonal del Tribunal dispuso la inmediata detención del condenado y ordenó la colocación de dispositivo de control por monitoreo electrónico hasta que el fallo quede firme.
Para el juez estuvieron acreditados los abusos por las pruebas presentadas por el fiscal Nelson Mastorchio en el transcurso del debate oral.
El fiscal Mastorchio y la instructora judicial Valeria Schutz sostuvieron a lo largo del juicio oral que entre julio de 2017 y marzo de 2018, la niña fue abusada por su padrastro. Los abusos sexuales ocurrían en horas de la mañana, los días que la madre se iba a trabajar y quedaba al cuidado del condenado. El agresor sexual se acercaba a su habitación, se acostaba en la cama al lado de la menor y le manoseaba los pechos y la vagina por debajo de la ropa.
La Fiscalía presentó como evidencia que a través del relato de la víctima mediante el procedimiento en Cámara Gesell y los reportes realizados por la Psicóloga perito actuante y posterior pericia, con más los testimonios de la madre de la niña y de sus tíos, quedaron demostrados en el juicio la ocurrencia de los hechos.
El abogado de los padres, Claudio Tortonesse, representante del particular damnificado, adhirió en un todo de acuerdo a los argumentos dados por el Señor Fiscal, reiteró argumentaciones sobre la credibilidad de los testigos y la efectiva ocurrencia del hecho y adhirió al pedido de pena.
El abogado defensor, Adrián Gustavo Martelotto, sostuvo, desde el inicio y al culminar en sus alegatos, que todo era producto de una falsedad motivada en una venganza de la madre y del relato de Cámara Gesell el acusado no aparecía amenazando a la niña.
El letrado del imputado cuestionó que los testimonios estaban teñidos de ánimo de venganza y de resentimiento para con su defendido y que de este modo influyeron sobre la niña.
Denuncia de un tío
El tío de la víctima fue quien denunció lo ocurrido al enterarse por los dichos de una primita de la víctima. El hombre radicó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia y generó la instrucción judicial del fiscal Nelson Mastorchio.
La declaración de este familiar ha sido determinante para los fundamentos de la sentencia por la credibilidad de su relato que ha visibilizado un entorno donde la mamá no podía salir por si sola del espiral de violencia.
Era una mujer maltratada que daba excusas inverosímiles sobre las marcas que le quedaban en el cuerpo al ser consultada por familiares.
Los episodios de violencia sufridos por la mujer se terminaron cuando decidieron denunciar los abusos a la menor; quien fue la verdadera víctima de un insoportable tormento.
La niña pudo contarle los padecimientos a la mamá e inició un tratamiento con profesionales de la psicología para recibir contención especializada que le ayude a vencer los episodios traumáticos.
La declaración de la víctima ante las profesionales de la asesoría pericial en el dispositivo de Cámara Gesell se consolidaron como los elementos de cargo de mayor peso contra el padrastro abusador.
El juez sostuvo los fundamentos de la condena en la congruencia entre el testimonio de la víctima y los relatos de los padres y los tíos.
Las intervenciones periciales de profesionales de la psicología que evaluaron a la niña han ratificado la veracidad del testimonio de la menor.
Así la condena es una de las más altas del Departamento Judicial Pergamino por la calificación de abuso sexual simple.
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