Si algo le faltaba al gobierno nacional para ganarse la total desconfianza del sector agropecuario en general, y la cadena cárnica en particular, era incumplir con el anuncio que el ministro Julián Domínguez realizó a fines de septiembre, en conferencia de prensa y rodeado de gobernadores.
Cuando el 28 de septiembre el funcionario anunció que el 4 de octubre Argentina retomaría la exportación de vacas a China, los eslabones de la cadena respiraron aliviados teniendo en cuenta que se necesitaba un guiño de esas características para “volver a creer” o al menos, comenzar a recomponer una relación que está cada vez más tirante.
Sin embargo, con el correr de los días, la expectativa y esperanza se fue diluyendo. De la ilusión, el sector rápidamente pasó a la desazón y posteriormente a la bronca. A más de 10 días de haberse anunciado, la medida todavía no fue publicada en el Boletín Oficial, con lo cual nada de lo que prometió Domínguez se cumplió hasta el momento. Sin dudas, un cachetazo más a un sector que viene siendo vapuleado en el último tiempo.
Productores y empresarios expresaron su malestar por lo que consideran un “ninguneo” más por parte del Gobierno y aseguran que se trató de una medida que busca “dilatar” una protesta del sector antes de las elecciones de noviembre.
Lo cierto es que el ministro ingresó con el pie izquierdo más allá de las promesas y de los elogios que ha tenido para el campo. Y la pregunta que se hace una vez más el sector es, ¿hasta cuándo?
Mientras tanto, siguen los cortes a precios accesibles.
El gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, acordó con representantes de la cadena de producción y comercialización de la carne bovina renovar hasta el próximo 31 de diciembre el acuerdo de cortes a precios accesibles, que estará disponible en más de 1.000 bocas de expendio.
El acuerdo, que se rubricó en la tarde de jueves en la sede del Ministerio de Desarrollo Productivo, contempla la comercialización de al menos 6.000 toneladas mensuales, para asegurar la oferta a los consumidores de todo el país. Además, se mantendrán los precios de venta que estaban establecidos en el acuerdo previo: el asado de tira sigue a $359 el kilo; el vacío, a $499; el matambre, a $549; la falda, a $229; la tapa de asado, a $429; la cuadrada / bola de lomo, a $515; el roast beef / aguja, a $409; la carnaza / cogote, a $379; y la paleta, a $485 el kilo.
Alerta por el colapso logístico marítimo
El comercio exterior argentino viene experimentando diversos inconvenientes en materia logística marítima que impactan negativamente en las exportaciones y esta situación se está agravando en las últimas semanas.
Más allá de la situación global que condiciona el tráfico marítimo, existen impactos específicos para la Argentina y así lo explicaron desde el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA): “Toda la carga containerizada que la agroindustria argentina exporta y que proviene de cadenas de producción y transformación presentes en todas las provincias y es hoy el mayor aportante de divisas al país, se encuentra atravesando una angustiante situación por la fuerte disminución del flujo marítimo hacia la Argentina”.
Desde el CAA han mantenido conversaciones con el Centro de Navegación y con el gobierno nacional. “Sin embargo, la situación ha empeorado y por ello llamamos a trabajar conjuntamente para lograr condiciones previsibles que nos permitan restablecer el comercio exterior lo antes posible”, clamaron en un comunicado.
Según explicaron, el “inicio del colapso” fue una sucesión de roleos (desplazamientos de las cargas de un buque a otro posterior y/o posteriores), llegando a retrasos superiores a las seis semanas, y continuó con la cancelación de bookings (contratos de fletes entre privados exportadores y armadores – dueños, operadores de los barcos), subas abruptas de tarifas tras esas cancelaciones, “donde los valores de los fletes en determinados tráficos se multiplicaron por 3, 4, 5 y hasta 8 veces el valor habitual que por años fueron los valores de mercado, determinando pérdidas cuantiosas para las empresas exportadoras, ya que en mayor o menor medida se opera en cargas a futuro y es por ello que los contratos de fletes se van cerrando a medida que las órdenes de venta son confirmadas”
Las entidades que conforman el Consejo consideraron que estos cambios de valores “afectan severamente a los productos agroindustriales, principalmente aquellos de bajo valor de exportación, ya que el flete que históricamente significaba entre el 5 y el 10% de su valor costo y flete, hoy puede llegar a impactar en un rango entre 20 al 50% del valor costo y flete de la mercadería, siendo más grave aún su efecto retroactivo, debido a que las nuevas tarifas se aplicaron a contratos ya negociados y dados de baja por los armadores, de forma unilateral”.
Por eso, remarcaron que no se considera razonable la retroactividad de los cambios unilaterales de los contratos de fletes que aplican algunos armadores, más allá de los problemas globales existentes”.
Ante esta realidad, las exportaciones agroindustriales de varios sectores se encuentran paralizadas, debido a la falta de previsibilidad de espacios en los barcos así como a valores cambiantes de los fletes; sumados al hecho de la existencia de un importante stock de mercaderías ya comercializadas que de momento no tiene opciones de transporte.
De Ecos365
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