En la segunda jornada de juicio oral por el homicidio de Fernando Liguori se terminó de producir la prueba por el crimen del ciclista, donde declaró el principal imputado reconociendo ser el autor de los disparos que terminaron con la vida del empleado judicial en la tarde del jueves 31 de marzo de 2022.
Fernando Aita Valiente reconoció que había disparado con intenciones de robar la bicicleta para volver a comprar cocaína y seguir drogándose porque hacía cinco días seguidos que venía consumiendo sin dormir ni comer ni tomar agua. Justificó el crimen diciendo que no sabía lo que hacía por los efectos de la sustancia consumida. Además, refirió que se enteró que había muerto Liguori por los medios de comunicación después de lo ocurrido. “Pido perdón a la familia porque yo también pasé por lo mismo”, en referencia al crimen de su padre, Sergio Fernando, alias Zeppelin, Aita, en manos del verdulero Chamas; quien le disparó letalmente al defenderse durante una discusión por una deuda en inmediaciones de la verdulería de las avenidas De Mayo y Colón, ocurrido el lunes 25 de octubre de 2004.
La estrategia de Aita Valiente al declarar tendría las intenciones de atenuar su situación ante los jueces y con la posibilidad de exculpar al consorte de causa, Marcelo Barrionuevo. El juez Guillermo Burrone, como presidente del Tribunal Oral en lo Criminal le dio la posibilidad de declarar y le aclaró que podría estar sometido a las preguntas de la Fiscalía, de los jueces y de los abogados defensores.
Lo primero es dirigirse a los familiares de la víctima, Fernando Liguori. “Quiero ofrecer una disculpa de mi parte hacia la familia de la víctima. Me siento muy apenado por todo esto que está pasando, más por ellos que perdieron a un ser querido. Aunque quizás ellos no lo sepan, yo también perdí a un ser querido de la misma manera. Y que sé lo que se siente”, expresó en referencia al asesinato de su padre, Sergio Fernando Aita (Zepelin).
Se hizo cargo de la autoría de los disparos ante la contundente evidencia presentada como pruebas en su contra durante el juicio. “Yo disparé y nunca hubo ninguna intención de matar a nadie. Estaba robando porque estaba totalmente drogado. Hacía cinco días que no dormía, cinco días que no comía porque venía consumiendo cocaína. Y no tengo que echarle la culpa de nada a nadie, ni excusarme con nadie. No hubo ninguna intención de matar, ni volvería a cometer el mismo error. Sé que un grave error es el que cometí y lo estoy pagando hace dos años”, se refirió al tiempo que lleva detenido.
Su intervención continuó: “No soy un santo, pero tampoco soy todo lo que dicen ciertos medios de comunicación y todo lo que están vendiendo a toda la gente. Soy un ser humano con una familia que me equivoqué, me equivoqué feo y lo voy a pagar. Porque estoy enfrentando el juicio y me estoy haciendo cargo de mis actos. Pero lo importante es que tengan en claro que no hubo ninguna intención de matar a nadie. Porque asesino es el que tiene la intención de matar. Yo soy un delincuente que se equivocó: salió a robar drogado”, se justificó.
El consumo de estupefacientes sería lo que dio legitimidad a semejante crimen. “Lo hice porque estaba bajo efectos de la droga. Pido disculpas a la familia, eso es lo más importante”, reiteró al tiempo que no se siguió explayando porque se sentía observado.
A los jueces también les explicó que al disparar no sabía que había matado a nadie y se enteró tiempo después. “Yo me enteré después de que la víctima había recibido una lesión y tuvo un paro. Porque me enteré después por los medios de comunicación”, siguió. Sus intenciones eran de robar para conseguir dinero para seguir drogándose. “No sé en qué momento decidí empezar a drogarme llevando la vida que llevaba. Tenía a mi hijo a mi cargo, tenía un buen trabajo, andaba bien de dinero, bien económicamente”, intentó justificarse.
El fiscal Horacio Oldani le preguntó sobre las ideas previas de salir a cometer un episodio delictivo en la zona rural. “Sí, íbamos a robar unos lechones, unos chanchos, unas vacas, lo que fuera. Y él tenía el arma esa”, dijo en referencia a Amílcar Valente; quien ya fue condenado a quince años por juicio abreviado. Continuó sobre Valente “y como él manejaba la camioneta, no se iba a bajar a robar y a manejar. Entonces me dio el arma para que bajara yo, que era el más grande, el que tenía antecedentes, el que sabía más cómo robar o lo que así dicen. Y ocurrió esta desgracia, esta tragedia”.
Los tres hampones venían en la camioneta y al cruzarse con el matrimonio de ciclistas decidieron detenerse para robarles. “Vamos a robarle las bicis. Y Amílcar (Valente) frenó él por su propia voluntad. Es mentira que alguien le pisó el freno de la camioneta. No hubo ninguna segunda arma, hubo una sola arma, esta arma, la única”, reiteró en referencia a la pistola 9 milímetros que le secuestraron durante el proceso judicial.
En relación a los disparos que efectuó describió: “cuando iban pasando, tiré dos o tres tiros a la rueda de atrás”, declaró en relación a Liguori y Piperno. “Soy un fracasado como delincuente”, expresó sobre si mismo. Aita Valiente sostuvo su declaración aprovechándose de las declaraciones del especialista en balística, Alejandro Moriconi. “Les disparé desde 50 o 70 metros y la persona la tuve cerca. O sea, no hubo ninguna intención de matar. Le tiré a la rueda y cuando me estaba yendo es que hago un último disparo. Yo no le grité nada, solamente le dije que frene, que baje de la bicicleta”.
El fiscal Oldani le pidió que explicara lo de los supuestos disparos a la rueda. “Porque se rompe si le das un impacto. Y si se rompe, me facilitaba robar”. El juez Burrone le cuestionó esa explicación dando a entender que el disparo ingresó por la parte alta de la espalda. Aita respondió que según la explicación del perito balístico el impacto en la espalda de la remera. Burrone puso en duda esa consideración en base a los resultados de la autopsia médica que se incorporaron por lectura los informes de especialistas.
El magistrado sugirió que si los disparos iban dirigidos a la rueda tendrían que haber sido apuntado más bajo. Tras dispararle a Liguori volvieron a la camioneta de Amílcar Valente y se separaron minutos después.
Al conductor de la camioneta lo involucró como el dueño de la pistola homicida y a quien le dejó el cargador al momento previo a descender del vehículo. “Yo me fui a seguir robando, sin saber lo que había pasado antes, pensando que no había pasado nada más”, volvió insinuar sobre su desconocimiento del fallecimiento del ciclista.
En su declaración involucró a su consorte de causa como quien iba con él, pero aseguró que su cómplice no llevaba arma de fuego al momento de correr hacia Liguori. Tal como expresó: Marcelo Barrionuevo siguió junto a él cometiendo el raid delictivo en varios puntos de la ciudad.
Los robos ocurridos en los minutos posteriores fueron para cambiar lo obtenido por más cocaína. Reiteró que hacía cinco días que estaban consumiendo sin dormir, ni comer ni tomar agua y eso lo hacía olvidar de muchos detalles de lo ocurrido.
Tal como relató en este período que estuvo preso le permitió recapacitar sobre lo ocurrido y se arrepintió de haber actuado de esa manera. “En ese momento no me daba para nada. No era yo. No era la persona que estaba todos los días haciendo las cosas para poder salir adelante. Para poder mantener a mi hijo”.
Luis Urbano Vidal es el defensor penal de Marcelo Barrionuevo, el otro imputado del caso. Vidal le preguntó sobre el arma de fuego secuestrada. “¿El arma que utilizaste es la que te secuestraron? Sí. Y si yo no escuché mal, dijiste que era la única arma”, fue la interrogación de Vidal. “Nunca hubo otra. No hubo otra. No existió otra”, insistió Aita descartando que haya existido otra pistola y, de esa manera, beneficiar a Barrionuevo.
Vidal volvió a preguntarle categóricamente para que no quedaran dudas que su defendido no estaba armado. “¿Marcelo Barrionuevo se bajó con alguna arma?”, preguntó el abogado de la Defensoría oficial. Aita expresó: “Nunca tuvo arma. Nunca tuvo arma. Y tampoco le piso el freno Amílcar”, reiteró para beneficiar a su consorte de causa.
Desde la Fiscalía le preguntaron si había escuchado la declaración de Carolina Piperno, la viuda de Fernando Liguori. “Me acordé de mi madre. Que acá, enfrente de esta plaza, mataron a mi padre. Y por eso, entiendo a la familia. Pero hay una gran diferencia porque en este caso no hubo una intencionalidad para que la persona muera. Hubo una mala responsabilidad con un arma de fuego. Mal usada”, justificó Aita.
Peritos de Policía Científica
Los peritos de Policía Científica y los uniformados que estuvieron en la escena del crimen fueron los testigos de la segunda jornada del juicio oral por el homicidio de Fernando Liguori. Los agentes brindaron declaraciones sobre las intervenciones periciales y de actuaciones que realizaron en el lugar del hecho.
Pruebas del robo
El lunes será la tercera jornada de juicio oral en la que se producirá toda la prueba respecto a la seguidilla de robos que les imputan a Aita y a Barrinuevo; que el principal imputado admitió.
Alegatos finales
El miércoles en la misma sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal las partes darán a conocer los alegatos finales, donde la Fiscalía requerirá la máxima condena a ambos por considerar a Aita y Barrionuevo autores penalmente responsables de los delitos de homicidio criminis causa y agravado por alevosía; que prevén penas de prisión perpetua.
Por Alfonso Godoy
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