Pergamino, 23 de noviembre del 2024

Informe Judicial: los detalles del pedido de perpetua y alegatos finales en el juicio por el crimen de Liguori

El fiscal Oldani requirió a los jueces que los consideren autores penalmente responsables de los delitos de homicidio criminis causa y agravado por alevosía. Los abogados defensores pidieron una calificación más leve de homicidio en ocasión de robo.

Viernes 19 de julio de 2024
Por redacción Real 365

Por Alfonso Godoy

Fernando José Aita Valiente y Marcelo Damián Barrionuevo podrían cumplir una condena de prisión perpetua por el crimen del ciclista más lo que determine la Justicia por los robos con armas cometidos en las horas posteriores al luctuoso episodio de sangre.

El lunes 5 de agosto los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal, Guillermo Burrone, Carlos Picco y Alejandro Salguero darán a conocer el veredicto del juicio oral por el homicidio de Fernando Liguori, ocurrido a fines de marzo de 2022 mientras practicaba ciclismo recreativo en un camino rural junto a la esposa.

El fiscal Horacio Oldani pidió la máxima condena a prisión perpetua por reprocharle la misma responsabilidad en el homicidio de Fernando Liguori. Desde la Fiscalía Oldani encabezó la acusación, acompañado del secretario Fernando Pertierra y la instructora judicial Eugenia Tocalini, y le requirió a los magistrados que condenen a la máxima pena a Aita Valiente y a Barrionuevo por considerarlos coautores penalmente responsables de los delitos de homicidio criminis causa y gravado por alevosía y la utilización de armas de fuego.

En tanto, los abogados defensores de los imputados se opusieron al requerimiento fiscal por considerar que no se daban las tipificaciones penales esgrimidas por la acusación.

Si bien, ambos letrados pidieron a los jueces Burrone Picco y Salguero que la máxima calificación que tenían que atribuirle era la de homicidio en ocasión de robo; que prevé penas más bajas que la prisión perpetua.

Y Luis Urbano Vidal, el abogado de la Defensoría Oficial, junto a la instructora Brenda Albornoz, fueron más allá y citaron jurisprudencia para que los integrantes de la terna del Tribunal Oral en lo Criminal contemple una calificación más leve y similar a la participación secundaria del conductor de la camioneta (Amílcar Valente) por considerar que su defendido, Marcelo Barrionuevo, no quedó acreditado que llevara un arma al momento del ataque a Liguori en el camino rural paralelo a las vías a pocas cuadras del predio de la antigua fábrica metalúrgica Tamequ.

Coincide la pena por homicidio

La figura penal de homicidio coincide en los alegatos de la Fiscalía y los abogados defensores Hugo Oberti (Aita Valiente) y Luis Urbano Vidal (Barrionuevo).

Por ese motivo se da por sentado que el veredicto será condenatorio con la responsabilidad penal para ambos imputados.

Desde la Fiscalía requirieron que los jueces al momento de dar un veredicto consideren los agravantes de criminis causa y alevosía; en tanto la defensa pidió que el encuadre sea de homicidio en ocasión de robo.

El ministerio Público Fiscal consideró acreditado que Aita Valiente y Barrionuevo corrieron y le dispararon por la espalda a Liguori hasta provocarle la muerte.

Criminis causa

La Fiscalía entiende en la acusación final que ambos empuñaban armas de fuego y el proyectil que lo mató fue el disparado por Aita Valiente.

Para la acusación fiscal la figura de criminis causa se da porque dispararon para ocultar que no pudieron apoderarse de la bicicleta en la que se desplazaban Liguori y su esposa.

Tal como surge de la síntesis de la extensa argumentación fiscal en el ataque hubo una seguidilla de disparos con un el intervalo de un instante en el que el ciclista logró evitar que los alcanzaran los ladrones.

En esa fracción de segundos hubo ritos de los asaltantes de y de la propia víctima fatal.

Tal como surge del relato de la esposa le dijo que acelerara la marcha para eludirlos y a los agresores los insultó en el medio de la balacera.

Para la tesis fiscal eso significó una frustración para los ladrones y el disparo letal fue para tapar esa imposibilidad cometer el robo.

Desde la fiscalía sostuvieron la existencia de un disparo homicida a la humanidad de Liguori para ocultar el fracaso de no haber podido sustraer el rodado.

Alevosía

Los disparos a traición desde una distancia relativamente corta para una pistola 9 milímetros constituyen el principal elemento que para la Fiscalía configura la alevosía.

Los peritos coincidieron que hubo un seguimiento de los atacantes a pie a los ciclistas que huían. Mientras los agresores los corrían disparaban a los integrantes del matrimonio Liguori – Piperno.

Los especialistas entendieron que entre la víctima y el victimario existió una distancia de entre 50 y 70 metros.

El fiscal Horacio Oldani sostuvo que dispararon a traición y sin posibilidades de defensa para los ciclistas.

El ámbito rural, sin refugio ni presencia de testigos o personas que puedan auxiliarlo o defenderlo del ataque letal los dejaba a los integrantes de la pareja en una absoluta vulnerabilidad.

Desde la Fiscalía 1 usaron la expresión figurativa que dispararon sobre seguro sin posibilidades que la víctima pudiera evitar o repeler esa agresión.

Pena por los robos

La Fiscalía hizo el requerimiento de la máxima pena de prisión perpetua por las figuras más graves que contempla el Código Penal.

Los jueces son los que tienen en su mano el veredicto que será condenatorio, pero desconocen como van a valorar las calificaciones de cada uno de los dos acusados.

Por este motivo, desde la acusación fiscal, requirieron a los jueces un monto de pena alto por los cinco robos.

Si los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal no condenan a prisión perpetua por el homicidio, los años de pena que establezcan deben sumarse a los 22 años de prisión que requirió por considerarlos coautores penalmente responsables de los delitos de robos calificados por la utilización de arma de fuego cuya aptitud para el disparo pudo acreditarse.

Agravantes

Al momento de establecer el monto de pena para ambos convictos, el fiscal Horacio Oldani tuvo en consideración la alta peligrosidad de ambos y sus antecedentes penales condenatorios.

Defensor de Aita valiente

El abogado penalista mercedino Hugo Oberti estuvo al frente de la defensa técnica de Fernando José Aita Valiente, el confeso autor de los disparos hacia Fernando Liguori.

Para el letrado de la matrícula de Mercedes (BA) se trató de un episodio que podría encuadrarse en la figura de homicidio en ocasión de robo que prevé penas menores a las requeridas por la Fiscalía.

Instó a los jueces a que establezcan una condena justa y no un fallo ejemplificador. En esta arenga se tomó un tiempo en dar argumentos para que la condena sea sobre pruebas y no sobre supuestos.

Oberti sostiene que no se configuró ni el criminis causa ni la alevosía y que su defendido claramente protagonizó un intento de robo y los disparos fueron intimidatorios para que le entregaran la bicicleta que pretendía apoderarse.

Un solo arma

El abogado Luis Urbano Vidal sostuvo gran parte de sus alegatos finales en una prueba también utilizada por la Fiscalía: la declaración de Amílcar Valente.

Valente es el conductor de la camioneta, quien fue aprehendido horas después del crimen al identificarse y quedar secuestrada su pick up F-100 verde identificada en la escena del crimen por la esposa de Liguori y tres ciclistas que la cruzaron.

En la confesión de Valente, el letrado de la Defensoría Oficial, utilizó los tramos en los que hace referencia a Barrionuevo y resaltó las menciones a una sola arma de fuego en el habitáculo.

Para Vidal no existió una segunda arma y sólo existió la pistola 9 milímetros que le secuestraron a Aita Valiente que disparó las vainas recogidas por los peritos de Policía Científica al rastrillar la escena del crimen.

Además, sostuvo su argumentación en que esos restos de proyectiles quedaron en forma lineal como si fueran de una sola arma y terminaron coincidiendo con la pistola de Aita.

Por ese motivo, ejemplificó que en caso que su defendido, Barrionuevo, hubiera disparado a la par, habrían quedado las vainas dispersas en forma paralela a las otras y se corresponderían con otra arma de fuego distinta.

Tras esgrimir esta teoría, pidió a los jueces que la condena máxima que podría corresponderle sería la de homicidio en ocasión de robo.

Para Luis Urbano Vidal existe jurisprudencia que avalan penas menores para participaciones similares a la de su asistido en crímenes coincidentes.

Cinco robos

Minutos después del crimen de Liguori en nuestra ciudad ocurrieron una seguidilla de robos que desde la Fiscalía se los imputaron a Aita Valiente y Barrionuevo.

El robo en una casa de calle Sarratea; el asalto al playero de una estación de servicios del Segundo Cruce; el ataque a un entrenador frente al gimnasio del Club 25 de Mayo; el atraco a un joven para despojarlo de la moto Honda Tornado en J. J. Valle y Lorenzo Moreno y el robo al empleado de un lavadero de jeans fueron los cinco episodios atribuidos a la dupla de hampones involucrados en el crimen del ciclista.

Para la acusación fiscal en la tarde de ese fatídico jueves 31 de marzo de 2022, Aita y Barrionuevo se desplazaron, montados en una moto 110, a una casa de calle Sarratea. Aparentemente en es la vivienda donde residía un sujeto a quien le iban a adquirir más dosis de cocaína. En la vereda estaba estacionada una motocicleta Yamaha XTZ y por la ventana Aita se apodera de las llaves y luego con un arma de fuego le pegó dos culatazos al morador, Palacios. Finalmente, se apoderaron de un celular y escaparon en las dos motos.

Montados a esas dos motocicletas concurrieron a la estación de servicios “Shelito” de ruta 8 y batalla de Bailén, en el barrio Kennedy. Ese episodio ocurrió a las 17:00 horas. Llenaron los tanques de los dos rodados de nafat super y al momento de abonar: intimidaron al playero con un arma de fuego para despojarlo de la recaudación de la jornada laboral. El playero se refugió en el minishop luego de entregarle dinero de la billetera laboral, con el cambio.

Media hora más tarde, a las 17:30, en la moto negra se dirigieron a 25 de Mayo entre Castelli y General Paz donde interceptaron al dueño de un gimnasio. Lo intimidaron con un arma de fuego y le exigieron las llaves de la motocicleta que tenía estacionada en la puerta del Club donde daba clases. Al no entregarle la motocicleta jaló el gatillo sin que saliera ningún proyectil. Al no lograr intimidarlo el maleante le asestó un golpe en la frente con la culata del arma de fuego.

De allí los maleantes siguieron buscando víctimas en la vía pública. En J. J. Valle y Lorenzo Moreno abordaron a un joven que se encontraba charlando con un tío en la vereda. El muchacho estaba junto a su motocicleta Honda Tornado. Los asaltantes los intimidaron y golpearon con la culata del arma de fuego para despojarlos de la motocicleta y 1.800 pesos que le sustrajeron al adulto mayor del bolsillo del pantalón.

Ya en horas de la noche para la Fiscalía está demostrado que Aita Valiente y Barrionuevo abordaron al empleado de un lavadero de jeans para despojarlo de la mochila con varias pertenencias tras intimidarlo con un arma de fuego en inmediaciones de Pinto y 3 de Noviembre.

Beneficio de la duda

El abogado Hugo Oberti en defensa de su cliente, Fernando Aita Valiente, les adelantó a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 que no surgieron identificaciones categóricas de la participación del imputado que deberían exculparlo por el beneficio de la duda.

Para el defensor en cuatro de los episodios hay dudas sobre la participación de Aita ya que no existen identificaciones categóricas que lo involucren con certeza para que sea condenado.

El principio jurídico in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del reo) es un principio del Derecho Penal que establece que si un juez o tribunal tiene dudas sobre la culpabilidad de un acusado tras valorar las pruebas disponibles, la sentencia o decisión judicial debe favorecer al acusado. Este principio protege al imputado de una condena arbitraria que se base únicamente en la seguridad subjetiva del juez.3

Testigo que lo siguió

El padre de un alumno del gimnasio del Club 25 de Mayo siguió a los ladrones desde que agredieron con la culata de un arma a un entrenador en la vereda para intentar robarle la moto hasta el atraco siguiente en J. J. Valle y Lorenzo Moreno.

El hombre iba en su vehículo a una distancia prudencial y llamaba a la Policía a través del servicio de emergencias 911.

Tuvo la expectativa ciudadana que el operador enviara un móvil policial mientras le daba las coordenadas del lugar donde se encontraban en tiempo real.

La intervención de este vecino permitió que un móvil policial llegara instantes después que al joven lo despojaron de la motocicleta Honda Tornado en el barrio Trocha.

Los integrantes del patrullero, de todas maneras, no vieron a los asaltantes ni pudieron hacer un seguimiento a las posibles vías de escape.

Pidieron perdón

El juez Guillermo Burrone le dio la posibilidad de brindar las últimas palabras a los dos acusados; antes de retirarse los integrantes del Tribunal a deliberar sobre el fallo. Fernando Aita Valiente volvió a decir: “Quiero pedir perdón a la familia porque ya no hay vuelta atrás. Claramente no hubo acá un homicidio pensado; sino que fue en ocasión de robo. Porque si bien se puso acá otro robo con respecto a Esquivel (expresó con respecto al episodio frente al gimnasio), también jamás hubo una planificación de salir a matar. Fue un accidente, no hubo ninguna intencionalidad. Está más que claro, por más que pongan todo lo que quieran poner y que el acusador fiscal ponga todo el peso de la ley en mi contra o en la contra de los acusados, que somos nosotros. Entiendo que es su trabajo, pero también entiendo que hay límites, que hay límites en la ley”, consideró el principal acusado.

Al momento de brindar sus últimas palabras Marcelo Barrionuevo estuvo en sintonía con su consorte de causa: “Perdón por las cosas que hemos hecho. No tenemos que ver nada, no quisimos matar a nadie nosotros. Sí me pongo de acuerdo que quería robar, eso es así”, consideró admitiendo las intenciones de robo y mostrando la falta de interés en matar.

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