Barrionuevo acordó una pena a 15 años de prisión por ser coautor penalmente del delito de robo calificado por el uso de arma de fuego en una multiplicidad de episodios.
En la mañana de este lunes en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal comparecieron testigos para probar la participación del principal acusado del crimen, Fernando Aita Valiente, en los cinco asaltos ocurridos después del asesinato del ciclista.
En la jornada de debate oral comparecieron como testigos las principales víctimas de los episodios atribuidos por la fiscalía a Aita y Barrionuevo.
En los lineamientos iniciales el fiscal Horacio Oldani adelantó que probaría la participación de Fernando Aita Valiente en la seguidilla de cinco episodios delictivos que ocurrieron momentos después al crimen del ciclista.
Para la acusación fiscal en la tarde de ese fatídico jueves 31 de marzo de 2022, Aita y Barrionuevo se desplazaron, montados en una moto 110, a una casa de calle Sarratea. Aparentemente en es la vivienda donde residía un sujeto a quien le iban a adquirir más dosis de cocaína. En la vereda estaba estacionada una motocicleta Yamaha XTZ y por la ventana Aita se apodera de las llaves y luego con un arma de fuego le pegó dos culatazos al morador, Palacios. Finalmente, se apoderaron de un celular y escaparon en las dos motos.
Montados a esas dos motocicletas concurrieron a la estación de servicios “Shelito” de ruta 8 y batalla de Bailén, en el barrio Kennedy. Ese episodio ocurrió a las 17:00 horas. Llenaron los tanques de los dos rodados de nafat super y al momento de abonar: intimidaron al playero con un arma de fuego para despojarlo de la recaudación de la jornada laboral. El playero se refugió en el minishop luego de entregarle dinero de la billetera laboral, con el cambio.
Media hora más tarde, a las 17:30, en la moto negra se dirigieron a 25 de Mayo entre Castelli y General Paz donde interceptaron al dueño de un gimnasio. Lo intimidaron con un arma de fuego y le exigieron las llaves de la motocicleta que tenía estacionada en la puerta del Club donde daba clases. Al no entregarle la motocicleta jaló el gatillo sin que saliera ningún proyectil. Al no lograr intimidarlo el maleante le asestó un golpe en la frente con la culata del arma de fuego.
De allí los maleantes siguieron buscando víctimas en la vía pública. En J. J. Valle y Lorenzo Moreno abordaron a un joven que se encontraba charlando con un tío en la vereda. El muchacho estaba junto a su motocicleta Honda Tornado. Los asaltantes los intimidaron y golpearon con la culata del arma de fuego para despojarlos de la motocicleta y 1.800 pesos que le sustrajeron al adulto mayor del bolsillo del pantalón.
Ya en horas de la noche para la Fiscalía está demostrado que Aita Valiente y Barrionuevo abordaron al empleado de un lavadero de jeans para despojarlo de la mochila con varias pertenencias tras intimidarlo con un arma de fuego en inmediaciones de Pinto y 3 de Noviembre.
Beneficio de la duda
El abogado Hugo Oberti en defensa de su cliente, Fernando Aita Valiente, les adelantó a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 que no surgieron identificaciones categóricas de la participación del imputado que deberían exculparlo por el beneficio de la duda.
Para el defensor en cuatro de los episodios hay dudas sobre la participación de Aita ya que no existen identificaciones categóricas que lo involucren con certeza para que sea condenado.
El principio jurídico in dubio pro reo (en caso de duda, a favor del reo) es un principio del Derecho Penal que establece que si un juez o tribunal tiene dudas sobre la culpabilidad de un acusado tras valorar las pruebas disponibles, la sentencia o decisión judicial debe favorecer al acusado. Este principio protege al imputado de una condena arbitraria que se base únicamente en la seguridad subjetiva del juez.
Declaraciones del tranza
Desde la celda de la unidad penal de San Nicolás declaró como testigo la primera víctima del raid de robos atribuidos a Aita y Barrionuevo tras el homicidio.
El convicto, en su rol de víctima, señaló que Aita y Barrionuevo irrumpieron en la vivienda de calle Sarratea y los despojaron de la motocicleta y un teléfono celular tras intimidarlo y golpearlo con la culata de un arma de fuego.
En esa vivienda estaban la pareja de la víctima, el hijo de ambos y otro familiar. Los hampones escaparon del lugar.
Playero de la estación de servicios
El siguiente blanco fue la estación de servicios Shell del Segundo Cruce, donde se reabastecieron de combustible y asaltaron al empleado que les llenó los tanques de dos motos con nafta super.
Tras el robo uno de ellos protagonizó un siniestro al chocar en moto contra un auto que circulaba por ruta 8 y Batalla de Bailén. El ladrón que tuvo el incidente volvió a montar a la motocicleta tras blandir un arma de fuego de puño a las personas que intentaron pedirle explicaciones por lo ocurrido.
Forcejeo con el profesor de un gimnasio
Un joven terminó con su frente con un sangrado considerable al ser agredido de un culatazo por parte de uno de los hampones minutos después de forcejear para evitar que lo despojaran de la motocicleta que dejó estacionada en la vereda del gimnasio del Club 25 de Mayo donde daba clases. La resistencia de la víctima y la aparición de personas del edificio social y deportivo hizo desistir a los maleantes.
Robo de moto enduro
De ahí siguieron su recorrido hacia el barrio Trocha, donde asaltaron a un joven para despojarlo de la motocicleta Honda Tornado.
Lo golpearon de un culatazo para robarle la motocicleta y 1.800 pesos del bolsillo del tío de un muchacho; quien no pudo evitar el robo.
Mochila a empleado
El empleado de un lavadero de jeans fue la última víctima del raid delictivo atribuido a los dos maleantes tras el homicidio de Fernando Liguori. En calle 3 de Noviembre lo intimidaron tres sujetos y le sustrajeron la mochila con pertenencias.
Allanamiento y detención
En los minutos posteriores a este último atraco cayó detenido Fernando Aita Valiente en la casa de su pareja, donde secuestraron la motocicleta Honda Tornado sustraída en J. J. Valle y Lorenzo Moreno y el arma de fuego del homicidio de Liguori.
Por Alfonso Godoy
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