Al fiscal Pablo Santamarina le falta el resultado de una sola pericia para elevar a juicio el asalto a la propietaria de una casa en la que la empleada doméstica quedó involucrada como cómplice del robo.
Por ese caso están involucradas: la encargada de la limpieza (GPA); la madre (AMS) y el cuñado (SOA).
En la Fiscalía 8 le imputan graves delitos y las tres personas continúan detenidas en unidades penales; de acuerdo a la resolución de prisión preventiva ordenada por el Juzgado de Garantías.
Las calificaciones penales por las que elevarán la causa a juicio será por: robo agravado por haber sido cometido en poblado y banda y privación ilegítima de la libertad.
La instrucción judicial sostiene que el jueves 11 de enero a las 8:00 horas, la empleada doméstica (GPA) ingresó a la vivienda de su empleadora de Sarmiento al 300 abriendo las puertas con llaves que tenía en su poder y que la familia le dio en la absoluta confianza.
La trabajadora (GPA) al pasar por una puerta de rejas externa la dejó abierta para que su cuñado, (SOA), y su madre, (AMS), ingresaran a la casa sin necesidad de forzar nada.
Dentro de la morada se encontraba la dueña de casa junto a su beba -de apenas meses-.
La Fiscalía 8 sostiene en la acusación que la trabajadora de limpieza conocía los horarios y movimientos de la casa por su labor para saber que no estaba el marido de la víctima.
Para la moradora las dos personas que irrumpieron detrás de la empleada eran desconocidas. El sujeto y su cómplice mujer se desplegaron en actitud intimidatoria.
Una vez dentro, la asalariada (AMS) quedó en el pequeño baño que se ubicaba en la planta baja de la morada fingiendo haber sido maniatada y amordazada -de una manera muy precaria.
El despliegue de los dos desconocidos fue directo hacia donde estaba la ama de casa. A la víctima la sorprendieron en la escalera que conduce a la planta alta de la edificación familiar.
La acorralaron y redujeron para trasladarla maniatada hasta la habitación de la beba; donde quedó privada de la libertad.
El ladrón fue el encargado de mantener reducida a la dueña de casa. Tal como lo relató la víctima: ella se quedó hecha “bolita” contra el piso y el malhechor se apoyó sobre ella para que no se moviera. Esta presión sobre la mujer le provocaron lesiones leves (musculares).
La ladrona fue la encargada de revisar los ambientes e instalaciones de la propiedad hasta hallar veinticinco mil dólares en efectivo que ocultaban en distintos dispositivos: un sobre dentro de un cajón; en una latita y la mayor cantidad en un porta-valores de cuero.
Es así que, tras haberse apoderado ilegítimamente de dicha suma de dinero, que es lo que evidentemente fueron a buscar -ya que no se constató otro faltante, ni revisaron otro ambiente de la casa.
Al retirarse los dos asaltantes la madre de la empleada doméstica se fue caminando y el cuñado en la bicicleta en la que había llegado la trabajadora.
De las actuaciones judiciales surge que quien llevaba la voz cantante en el desarrollo del robo fue el ladrón repitiendo frases como: “¿dónde la tenés?” y amenazaba a la víctima con matarla y romperle sus piernas.
El fiscal pablo Santamarina y los instructores judiciales Geraldine Casco y Marcial Rossell sostienen que a los autores del atraco el dato sobre la existencia de dinero atesorado en la propiedad: se los brindó la empleada doméstica.
Esta causa se encuentra a la espera de una diligencia comparativa de fotos y videos a cargo de la una división especializada de la Policía Federal Argentina, para que una vez que llegue dicha evidencia quede completo el sumario para solicitar la elevación a juicio de las actuaciones.
Fuentes judiciales, allegadas al caso, informaron que los tres imputados están con prisión preventiva -ordenadas por el Juzgado de Garantías- y sin morigeración alguna.
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