El lunes al mediodía en una vivienda de Perú al 1.300 irrumpió un ladrón para intimidar verbalmente a la moradora y despojarla del dinero que atesoraba en el domicilio.
El delincuente no necesitó exhibir un arma de fuego para atemorizar a la adulta mayor de 85 años de edad.
La dueña de casa sintió temor que ese desconocido atentara contra su existencia.
A la mujer le llamó la atención que tenía conocimiento que atesoraba dinero en propiedad.
En este sentido, la orden del malhechor: “¡Quedate quieta! ¡Llevame donde tenés la plata!”, daba cuenta de lo que estaba dispuesto a hacerle si se resistía al robo y del conocimiento de dinero guardado en algún espacio de la casa.
Así fue como la víctima obedeció al malviviente y se dirigió donde guardaba billetes.
Le entregó trescientos cincuenta mil pesos en efectivo y el maleante escapó con el botín.
La mujer llamó a familiares y vecinos para que la asistieran y ayudaran a hacer la denuncia policial.
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