Este martes, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dará a conocer los datos finales de exportaciones de 2020.
El cierre del año es imposible de estimar en valores absolutos, pero sí hay datos relativos que probablemente se mantengan inalterables en relación a lo que mostraron los primeros 11 meses.
En términos cualitativos: el agro durante la pandemia consolidó su rol fundamental como motor de la economía, al ser el principal generador de los dólares que necesita el país para funcionar.
En lo cuantitativo: entre enero y noviembre, los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario explicaron el 70 por ciento de las divisas ingresadas por el comercio exterior.
Solo la soja y sus derivados (aceite, harina y biodiésel), el maíz y el trigo, representaron el 43 por ciento. Expresado de otro modo: casi la mitad de los dólares los trajeron sólo tres cultivos.
Estos granos son los que, además, desde diciembre vienen consolidando un salto notable en su precio internacional.
La soja ganó 90 dólares por tonelada en un mes y llegó a superar los 500 dólares. El maíz, por su parte, subió 42 dólares. En ambos casos, llegaron a su máximo valor desde 2014.
Del mismo modo, el trigo, que acaba de terminar de cosecharse, alcanzó en el inicio de la semana su mejor precio desde octubre de 2013.
Sin embargo, Argentina es ese país en el que todos los días las cosas cambian, pero que en el largo plazo siempre está igual. Y en esta oportunidad, la regla es que una vez más se está desaprovechando el nuevo tren que representa la ola alcista de las commodities.
Ni los productores, ni la industria, ni el propio Estado pudieron captar esta potencial lluvia de dólares por una serie de medidas de fuerza que dejaron prácticamente inmovilizado al comercio de granos en 30 de los últimos 45 días.
Gremios y paro agropecuario
El primer obstáculo fue una huelga protagonizada por los gremios aceiteros y de recibidores de granos de las terminales ubicadas a la vera del río Paraná.
Se extendió durante 21 días en diciembre y el resultado fue el menor ingreso de camiones desde 2001, según un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Si bien en el último mes del año la liquidación de divisas fue la más baja desde abril, el impacto no fue tan alto, pero sólo por el fuerte aumento de precios internacionales antes mencionado. Con un flujo de operaciones normal, podría haber sido un mes récord.
El segundo mojón fue el cese de comercialización que llevaron adelante los productores como protesta contra la prohibición de exportar maíz.
Esa medida llevó a que durante otros tres días no se enviara mercadería a los puertos.
Piquetes
El corolario fue la semana pasada, con una telaraña de piquetes desplegada por un grupo sin representación legal denominado Transportistas Unidos Autoconvocados (Tuda) que no sólo tuvo como saldo puertos casi vacíos, sino que provocó riesgos de desabastecimiento y hasta paralización de plantas industriales, como las de Fiat y Renault en Córdoba.
Según la firma Agroentregas, el martes ingresaron sólo 374 camiones a las terminales agroexportadoras del Gran Rosario y el miércoles fueron 411. Es apenas entre un 10 y un 15 por ciento de los que entraron en las mismas fechas de 2018 y 2019.
Un cálculo rápido: con un flujo normal, de alrededor de 3.000 camiones (90 mil toneladas), si fueran todos de soja, significarían un movimiento de 45 millones de dólares. Con apenas 400 camiones (12 mil toneladas), la cuenta da seis millones de dólares.
Víctor Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, fue claro al respecto: “Los camiones no ingresan, no se embarca, no se entrega, no se cobra, ¡no se paga! ¿Hasta cuándo seguiremos con este sistema anárquico, más allá de cualquier reclamo?”, se preguntó en las redes sociales.
La Federación de Acopiadores por su parte cuestionó la “inacción” del Gobierno y las Provincias ante este panorama.
Recién en la tarde del miércoles y en la mañana del jueves, tras la ola de reclamos que sumó a las Bolsas de Cereales de Bahía Blanca, Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos, y de Comercio de Chaco, Rosario y Santa Fe, las autoridades de Santa Fe salieron a despejar las rutas y a garantizar la libre circulación consagrada por la Constitución Nacional.
Teniendo en cuenta la sed de dólares que tiene el país y que las arcas públicas se benefician mucho más que el bolsillo de los productores ante este contexto de precios altos, la falta de respuestas inmediatas a este tipo de protestas llama realmente la atención.
Fuente AgroVoz.com.ar
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