En una mañana que prometía ser de juegos inocentes, un grupo de niños de entre 6 y 15 años que disfrutaban pescando en las orillas del arroyo, a la altura del complejo habitacional Virgen de Guadalupe, hizo un descubrimiento sorprendente y peligroso.
Alrededor de una decena de niños se encontraba en la ribera del arroyo cuando, en medio de sus juegos, divisaron un objeto que, en un primer vistazo, parecía ser una lámpara de iluminación.
Sin pensarlo demasiado, los pequeños se acercaron y lo tomaron, pensando que se trataba de un objeto inofensivo.
Fue uno de los niños mayores quien, al examinar más de cerca el objeto, se dio cuenta de que no se trataba de un inofensivo foquito, sino de una granada.
Sorprendidos y conscientes del peligro, los niños decidieron trasladar el explosivo hacia el complejo habitacional Virgen de Guadalupe, específicamente frente a la escuela (Primaria 5), para mostrárselo a un adulto.
Caminaron aproximadamente diez cuadras llevando consigo la peligrosa granada, pasándosela entre ellos como si fuera un simple juguete.
Al llegar al complejo habitacional, se encontraron con un adulto al que le mostraron el objeto.
Fue en ese momento cuando el adulto, al reconocer la gravedad de la situación, les instó a dejar la granada en la garita del colectivo y alertó a las autoridades.
La policía fue notificada y, al llegar al lugar, se percataron de que efectivamente se trataba de una granada.
Ante la incertidumbre sobre su peligrosidad, se decidió llamar a la división explosivos de los bomberos para realizar una inspección más detallada y segura.
“Les dije que llamen a la división explosivos de los bomberos para que vayan, porque tampoco vamos a tentar la suerte. Si los niños caminaron diez cuadras con eso y no explotó, quizás no funciona o, por el contrario, podría explotar en cualquier momento”, comentó un testigo.
Finalmente, tras la intervención de los especialistas, se confirmó que se trataba de una granada real y se llevó a cabo una detonación controlada en un lugar seguro, descartando cualquier riesgo para la comunidad.
La hizo explotar la brigada antiexplosivos para que no genere peligro. Es una intervención que se hace con elementos especiales de detonación controlada.
El artefacto se desintegra de esa manera y se desconoce si tenía poder de explosión. Los especialistas suponen que no tendría poder de “fuego” ya que no pasó nada tras la intensa manipulación por parte de los menores.
El episodio destaca la importancia de la educación sobre seguridad y la necesidad de la participación de adultos responsables para prevenir situaciones peligrosas, incluso en contextos de juego infantil.
La causa judicial se instruye en la Fiscalía 7 de Fernando D´Elío, quien monitoreó toda la intervención de los especialistas.
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