El fiscal Nelson Mastorchio instruye el caso por las calificaciones penales de “hurto” y “extorsión” con el dato del presunto responsable.
La denuncia la radicó este jueves un albañil de 50 años en la sede de la Comisaría Tercera.
El cuentapropista se encuentra realizando trabajos de mantenimiento en el predio deportivo del Club Atlético Douglas Haig de avenida Champagnat y Siria.
La última vez que estuvo realizando las tareas de albañilería dejó guardadas varias herramientas como: un taladro de color amarillo; una amoladora de color roja; una cuchara de albañil; un corta fierro de 40 centímetros de largo; una masa con cabo de caño de gas de dos kilos; una cinta de medir de 7,5 metros de largo, cinco discos de corte para hierro, una pala ancha y otra de punta; de acuerdo a la descripción realizada en sede policial.
El sábado las dejó en el interior de un habitáculo cerrado con llaves en el sector de mantenimiento del predio deportivo. Al regresar el martes faltaban todos los elementos e inició una pesquisa particular para individualizar al presunto responsable de la sustracción del equipamiento.
Las autoridades del Club Atlético Douglas Haig le facilitaron las imágenes de cámaras de seguridad en las que pudo ver al sospechoso en los momentos de acceso y egreso con lo sustraído.
Así fue como logró individualizarlo y determinar el domicilio donde podía hallarlo.
De esa manera, se acercó a la vivienda del sospechoso, en calle Herro al 800 para reclamarle las herramientas.
Pudo hablar con el ladrón y acordaron el pago de dinero para que le devuelva la mayoría de las herramientas sustraídas.
Al término de la conversación le pagó los 50 mil pesos para luego irse con parte del equipamiento recuperado.
Luego, se acercó a la Comisaría Tercera a dar a conocer lo ocurrido. En la seccional policial iniciaron las actuaciones para la Fiscalía 3.
La causa penal avanza con los datos brindado por la víctima al individualizar al sospechoso y su domicilio.
Los agentes incorporaron la identidad del sospechoso; a quien le atribuyen el robo y la extorsión.
El albañil prefirió pagar ese dinero para recuperar las herramientas de trabajo a un costo considerablemente menor al que hubiera invertido para adquirirlas en el mercado.
El equipamiento sustraído superaría el millón de pesos; de acuerdo a los valores actuales de las maquinarias e implementos que le sustrajeron.
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