Jorge Alberto Rivarola, un convicto de 27 años con un proceso penal en su contra por robo doblemente calificado en la ciudad de Colón, se quitó la vida el martes a la tarde dentro de los calabozos de la Comisaría Tercera de Pergamino.
La oficial de Policía que estaba encargada de la supervisión de los calabozos y descubrió al recluso ahorcado con una toalla al cuello que estaba atada sobre una reja.
El recluso se encontraba colgado a una baja altura y la oficial lo rescató de su estado de ahorcamiento para recostarlo en el piso y practicarle maniobras de reanimación hasta el arribo de la ambulancia de Same.
El médico de la unidad de emergencias sanitarias continuó con las maniobras e, incluso, intentó con traqueotomía; sin lograr reanimarlo a pesar de los denodados esfuerzos.
El detenido se encontraba en un espacio denominado “locutorio” que no formaría parte del calabozo común; donde se encuentra el resto de la población carcelaria alojada en la dependencia policial del barrio Acevedo.
Aparentemente la situación de privación de la libertad lo tendría deprimido; pero en las últimas horas se habría incrementado la angustia por encontrarse lejos del domicilio de su familia para recibir visitas.
El pasado viernes 7 de octubre una comisión policial lo trasladó desde la Estación Comunal de Colón a la Comisaría Tercera de Pergamino y el fin de semana no solo no logró integrarse con la comunidad carcelaria; sino que habría padecido el hostigamiento de otros reclusos.
En la dependencia policial desarrollaron las pericias y los médicos forenses practicaron la operación de autopsia para confirmar la hipótesis principal del suicidio.
Por Alfonso Godoy
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