Aurelia Manuela Soler (53) estaba alojada desde hace unos días en el calabozo de la Comisaría Segunda al estar imputada en un cuantioso robo ocurrido recientemente en nuestra ciudad.
En la mañana del pasado jueves 11 de enero una mujer vivió una pesadilla junto a su bebé en la vivienda familiar de calle Sarmiento.
Al momento que ingresó la empleada doméstica fue que irrumpieron dos desconocidos que la intimidaron verbalmente, la redujeron y la maniataron en la habitación del bebé.
Un sujeto y una mujer fueron los autores del atraco en el que se apoderaron de 25 mil dólares que atesoraba el matrimonio y tenían destinado a la edificación de una vivienda familiar.
La víctima sufrió lesiones por las ataduras y al lograr quitárselas fue en busca de la empleada, encerrada en un baño, y llamó a la Policía a través del sistema de emergencias 911.
La joven encargada del servicio doméstico acusó un estado de vulnerabilidad por lo ocurrido y se retiró de la vivienda antes del arribo de los investigadores de la DDI.
El fiscal Pablo Santamarina y la instructora judicial Geraldine Casco ordenaron los relevamientos de las cámaras de seguridad cercanas para reconstruir los instantes previos, el momento de la irrupción de la empleada y los maleantes y minutos después la huida de la pareja de ladrones.
La Policía de Investigaciones (DDI Pergamino) a través de los detectives abocados al caso lograron indicios con celeridad y se hicieron allanamientos de urgencias.
Desde el primer momento, había sospechas por los comportamientos de la empleada doméstica, quien a principio no cerró la puerta de reja del frente al atravesarla para facilitar la irrupción de los maleantes; sus ataduras eran mucho más endebles que las sufridas por la dueña de casa; no la encerraron con llave y la rapidez con la que abandonó la casa fueron motivos de desconfianza.
En pocos días lograron evidencias sólidas a través de las activaciones de antenas cercanas en los teléfonos de los tres sospechosos; más imágenes de cámaras de seguridad particulares para individualizar con nitidez a los convictos y otros elementos recolectados por los instructores judiciales Marcial Rossell y Geraldine Casco junto a la oficial Yamila Palacios de la DDI.
Así fue como lograron triangular el parentesco de los dos asaltantes con la joven empleada doméstica; quien terminó siendo una “entregadora” del crimen.
Aurelia Manuela Soler es la madre de la trabajadora de la casa de familia asaltada y el sujeto es cuñado de la muchacha y yerno de Soler.
El fiscal Santamarina requirió la detención de los tres con el mismo nivel de responsabilidades penales en los delitos de robo agravado y privación ilegal de la libertad.
Al momento de los operativos, ordenados por el Juzgado de Garantías, lograron detener a madre e hija y el ladrón quedó prófugo.
A las dos mujeres las indagaron y quedaron privadas de la libertad en distintas dependencias policiales hasta que haya un cupo en una alcaidía o unidad penal si resuelven las prisiones preventivas de ambas.
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