“¿Mi miedo? La tensión en los vacunatorios. Que la gente se agolpe diciendo ‘Quiero la vacuna ya’. Estamos trabajando con el Ministerio de Seguridad para ver la estrategia. Pero ese es el miedo que tengo yo”. La fuente -muy cercana a las entrañas del Gobierno nacional- no se puede nombrar. Habló con Clarín en la primera hora del viernes. En un pacto de lectura llamémosla V. La letra alude al tema de la charla: la vacuna contra el coronavirus. Cuánto gastará el Estado argentino en la movida “Covid-19”, cuántas dosis llegarán y cuándo. Cómo las trasladarán a las provincias, dónde las guardarán, a quiénes las aplicarán. Qué se preguntan. Qué tienen claro. Que se autocritican. Qué les quita el sueño.
Antes de ir al “presupuesto coronavirus” (para los ansiosos, son 350 millones de dólares de mínima), dediquemos un minuto a los temores de V. El primero es el fantasma de las colas sin distanciamiento social de irremediables ansiosos sin registro del prójimo, en reclamo de la inyección salvadora. El segundo, una nueva ola de contagios.
Son escenas potenciales, pero imaginarlas es fácil: “Porque hay un desboque de la gente. Un relajamiento…. Sí, hay que ajustar la comunicación, eso es verdad. Pero no es que no se comunique sino que vos comunicás y la mayoría no te lleva el apunte”.
Si V accedió a hablar con este medio debe ser porque es momento de clarificar datos que circulan sin mucha precisión. Dirá varias veces “son distintos escenarios…”, una expresión comodín aplicable a casi todo. Pero V no hace agua: la va matizando con certezas.
“El mejor escenario de todos es tener una partida de la vacuna rusa en enero”, afirmó, relativizando que esa o la de Pfizer vayan a pisar el país en diciembre, como dijo el Presidente Alberto Fernández esta semana. No lo descartó de plano, pero esbozó que seguramente no habrá “arribos” antes de las Fiestas: “La de Pfizer, si no viene antes, llega directamente en febrero. Y la de AstraZeneca y las del fondo Covax, recién en marzo”.
El foco del Gobierno ahora está puesto en la logística, que para V “marcha bien”, aunque admitió complicaciones, tuercas por ajustar: “Hay que definir equipos provinciales coordinando acciones, definiendo estrategias según los distintos escenarios”.
En estas semanas, en la recorrida provincial, las autoridades confirmaron uno de los peores efectos del miedo y la cuarentena: la caída en la vacunación de calendario obligatorio (esto es, chicos sin la inmunización básica) del 10% al 15%. V no descartó problemas futuros “en consecuencia”. Y uno no debería descartar los datos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que en el Conurbano bonaerense elevan ese porcentaje al 22%.
Saliendo de ese contexto “macro” y retomando el tema coronavirus, la semana que viene estaría listo un primer relevamiento de la cadena de frío provincia por provincia. Esto es, qué jurisdicciones tienen los recursos humanos, los vacunatorios y la infraestructura necesaria, en particular las archinombradas “heladeras” (con espacio suficiente para miles de dosis) que mantengan la vacuna rusa a 18 grados bajo cero, y la de Pfizer, a menos 80.
Por mencionar dos provincias que “están bien, La Pampa ya compró freezers y San Luis dice que los tiene”. ¿Y las que no tienen? Seguramente el Estado dará una ayuda ahí, estimó: “Me comentaban el otro día que uno de estos freezers cuesta 12.000 dólares. No son cifras inencarables”.
Armadura
La de Pfizer es considerada la vacuna “más complicada”, y es la marca de la que, en principio, vendrán menos dosis: 3 millones (que hay que partir por la mitad, ya que cada persona recibirá dos, con una diferencia -según el fármaco- de entre 21 y 28 días). Cada dosis cuesta “unos 10 dólares, igual que la rusa, aunque no está totalmente definido”, dijo V.
De la Sputnik V (proveniente de Rusia) vendrán 20 millones de dosis, es decir, una cobertura para 10 millones de personas. Si uno va sumando son 200 millones de dólares para Rusia y 30 millones de dólares para Pfizer. Falta AstraZeneca: “Es la más barata, entre 3 y 4 dólares. Esa ya se pagó. Es la única que se pagó”. Las dosis previstas son 23.500.000, que cubrirán a 11.750.000 personas.
La cifra anterior (casi 12 millones de vacunas) coincide con la estimación oficial de los grupos de riesgo. “El objetivo es que estén vacunados antes del primer frío”, apuntó V.
Ya escuchamos varias veces la lista “personal de salud, de las fuerzas de seguridad, mayores de 60 o 65 años y mayores de 18 con comorbilidades”.
La fuente consultada explicó que “seguramente se vacune a partir de 60” y aclaró que lo definirá la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn). Pero, apuntó, no todos los grupos de riesgo están en el mismo nivel de prioridad, dando a entender que habrá grises, según el grado de exposición. Es lógico: no es igual el día a día de un médico que el de un policía.
A las cifras anteriores hay que sumar 9 millones de dosis (4,5 millones de vacunas) que vendrán del fondo Covax, ese mecanismo de la OPS-OMS que garantiza una distribución accesible y equitativa a las vacunas en la región. Claro, nadie sabe qué vacuna contra el Covid mandarán.
Según lo dicho hasta acá, vamos 27.500.000 millones de vacunas (en dosis es el doble), mucho más de las 12 millones “indispensables”. V explicó que el resto se usará para “cortar la circulación”.
Factura pendiente
¿Cuánto costará todo esto? En vacunas, unos 300.500.000 dólares. Un poco más de la mitad de ese dinero figura en el Presupuesto 2021 aprobado en el Congreso esta semana. Aparece bajo el ítem “Acciones de Mitigación de la Pandemia Coronavirus COVID-19 (Vacunas)”, con un monto de 13.697.573.617 de pesos que ejecutará la Secretaría de Acceso a la Salud, conducida por Carla Vizzotti.
Para unificar la moneda y tomando como referencia el dólar mayorista -este viernes a 80 pesos- son 171.219.670 dólares de gasto estimado en vacunas. Se presume que es un presupuesto “de mínima” y que irán autorizándose nuevas partidas para cubrir los 300 millones descriptos aPero hay más gastos relacionados a la pandemia en el Presupuesto 2021 del Ministerio de Salud. En primer lugar, 5.000.000 de pesos (62.500 dólares) en materia de “Acciones de Mitigación de la Pandemia Coronavirus COVID-19”, que ejecutará la Dirección Nacional de Epidemiología e Información Estratégica.
Además, 552.588.067 de pesos (casi 7 millones de dólares) como “Respuesta inmediata de Salud Pública a la Pandemia COVID-19”, que administrará la Dirección de Redes Integradas de Servicios de Salud; y un ítem idéntico pero por 3.379.709.478 de pesos (42.246.368 de dólares) para la Dirección Nacional de Recursos Físicos.
En estos dos últimos casos se aclara que el dinero saldrá del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, N°5032/OC-AR). Es parte de los 470 millones de dólares que el organismo acordó prestar a la Argentina este año, como informó Clarín en mayo.
El único otro ministerio que tiene un gasto contemplado relacionado a la pandemia es el de Educación. El ítem es “Volver a la Escuela PROMEDU (COVID19)”, de la Subsecretaría de Gestión Administrativa. El monto, 50.000.000 de pesos. En dólares, 625.000.
Entre vacunas, acciones de mitigación y de respuesta inmediata ante la pandemia, sin contar los indeterminables “extras” que vendrán cuando se tenga idea clara de los freezers y recursos que falta cubrir (como el transporte, aunque V. dijo que “será terrestre” y que “hay estructura”), rondamos, por ahora, un gasto de 350 millones de dólares.
Quienes cobren un sueldo de cinco dígitos en pesos, quizás se estén preguntando algo básico: ¿Es mucho? Es el 7,3% del presupuesto previsto para todo el Ministerio de Salud a lo largo del año que viene.
Para V son cifras lógicas: “Las provincias tiene una estructura de vacunación más o menos bien. No creo que el número final sea relevante. No creo que nos mueva el amperímetro”.
Fuente Clarín
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