El expresidente chino Hu Jintao (2003-2013) fue escoltado fuera del Palacio del Pueblo donde se celebra la clausura del XX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh), en lo que aparentó ser una purga con escarnio público del veterano dirigente.
Poco después de que la prensa accediera al gran salón y con las cámaras ya captando lo que sucedía, unos bedeles se acercaron a Hu, sentado a la izquierda del líder del PCCh, Xi Jinping, y le conminaron a levantarse y salir del recinto, a lo que el exmandatario pareció resistirse verbalmente.
Hu salió finalmente de la sala, aunque antes cruzó unas breves palabras con Xi, quien durante el incidente permaneció con la mirada al frente ajeno a lo que sucedía a su espalda.
La inusual escena, que duró alrededor de un minuto al entrar los periodistas en la sala de plenos del Gran Palacio del Pueblo, supone -a falta de detalles o confirmación oficial- la posible purga política de la facción del ex jefe del régimen chino, antecesor de Xi en el cargo.
También permite prever que ninguno de sus más cercanos, como el actual primer ministro, Li Keqiang, o Wang Yang, viceministro y que sonaba para sustituirle, seguirán en la cúpula de la formación.
Cuando abandonaba la sala y al pasar por detrás de la primera fila en la que estaba sentada la cúpula de dirigentes, Hu tocó el hombro a Li, en un gesto que algunos interpretaron como de solidaridad por la pérdida de influencia del actual primer ministro en la formación.
Así, tampoco parece que Hu Chunghua, apodado “pequeño Hu”, tenga opciones de entrar en el todopoderoso Comité Permanente de la formación, en la que todos los miembros serán aliados cercanos de Xi.
No obstante, algunos observadores e internautas no han interpretado lo sucedido como una purga, sino como un posible malestar físico de Hu Jintao que habría provocado su retirada de la sala.
De confirmarse que lo ocurrido ha sido una purga, el jefé del régimen chino,Xi Jinping aseguraría su control absoluto sobre el PCCh durante al menos los próximos cinco años.
Ya en su discurso de apertura, Xi fue muy crítico con la década de mandato de su antecesor, quien gobernó China entre 2003 y 2013.
“Hace una década hubo avances, pero también una serie de problemas que demandaban una acción urgente. Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistía en muchos lugares y departamentos. Los privilegios eran un problema y se encontraron algunos casos chocantes de corrupción”, dijo.
También sostuvo que “el crecimiento no estaba equilibrado ni era sostenible ni coordinado” y que algunas personas “ni siquiera tenían fe en el sistema socialista”.
La Clausura del XX Congreso del Partido Comunista de China
La aparente e inesperada purga pública del expresidente Hu Jintao, predecesor inmediato del actual líder del régimen chino, Xi Jinping, convulsionó hoy la clausura del XX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh), en el que Xi cimentó su ya enorme poder perpetuándose un lustro más al frente del gigante asiático.
Lo sucedido con Hu, de 79 años, ha eclipsado la elección hoy del nuevo Comité Central, del que saldrán el Politburó y el nuevo Comité Permanente del PCCh, el máximo escalafón del poder chino, cuya composición se conocerá mañana tras innumerables quinielas que tratan de aventurar quiénes acompañarán a Xi en la cúpula durante el próximo quinquenio.
Hu, con el rostro demudado, fue escoltado fuera de la sala de plenos del Gran Palacio del Pueblo segundos después de que la prensa accediera al hemiciclo.
Las cámaras tuvieron vía libre para captar cómo un bedel se le acercaba para sacarlo por la fuerza del hemiciclo ante las caras de estupor de Li Zhangshu y Wang Huning, los actuales números tres y cinco del Partido.
Aunque Hu se resistió mientras tiraban de él, como se aprecia en su chaqueta, se termina marchando tras interpelar a Xi, quien permanecía con la mirada al frente ajeno a lo que sucedía a escasos centímetros de su espalda.
Con todo, algunos observadores no han interpretado lo sucedido como una purga, sino como un posible malestar físico que habría provocado la salida de la sala del antecesor de Xi en el cargo.
Una purga televisada y sin acusaciones de por medio sería algo insólito en el PCCh actual, pero otros expertos están convencidos de que el suceso ha escenificado la laminación en directo de esta facción, a la que los expertos han definido como más liberal, pragmática y orientada al mercado.
Además, ya se sabe que, en el nuevo Comité Central, el grupo de 205 miembros (más suplentes) que dirige el régimen, no figuran los más cercanos a Hu, como el actual primer ministro, Li Keqiang, o Wang Yang, viceprimer ministro, quienes se retirarán de la vida política a sus 67 años.
De hecho, cuando abandonaba el recinto y al pasar por detrás de la primera fila en la que estaba sentada la cúpula de dirigentes, Hu tocó el hombro a Li, en un gesto que algunos interpretaron como de solidaridad por la pérdida de influencia en la formación.
Queda ahora por ver si Hu Chunghua, apodado “pequeño Hu” por su cercanía con el expresidente, tiene opciones de entrar en el Comité Permanente del PCCh, aunque todo parece indicar que sus miembros serán todos aliados muy próximos a Xi.
PURGADO DE LAS REDES
Hu ha sido incluso purgado de las redes sociales chinas, y la publicación más reciente en la que se puede hallar el nombre del antiguo mandatario data del 18 de octubre, en la que una cuenta cita unas palabras del político sobre desarrollo económico.
Si el PCCh quería mostrar una imagen de unidad no parece haberlo conseguido a tenor de lo sucedido hoy, a lo que hay que sumar los últimos dardos que Xi lanzó a su antecesor: “Había dentro del partido una falta de entendimiento claro, falta de medidas efectivas y una tendencia a la debilidad. La burocracia, el hedonismo y la extravagancia persistía en muchos lugares y departamentos”, dijo en el discurso de apertura del cónclave.
Xi también sostuvo que “se encontraron casos chocantes de corrupción”, que “el crecimiento no estaba equilibrado ni era sostenible ni coordinado” y que algunas personas “ni siquiera tenían fe en el sistema socialista”.
MAÑANA, EL COMITÉ PERMANENTE
En cualquier caso, Xi asegurará, a sus 69 años, su control absoluto sobre el PCCh durante al menos los próximos cinco años.
Otra muestra del poder acumulado es la inclusión en los estatutos del PCCh de una enmienda que actualiza y amplía la teoría política del presidente chino instando a la militancia a “comprender a fondo” el significado “decisivo” de su posición como “núcleo del Partido” y a “aplicarlo en todos los aspectos”.
La expectación gira ahora en torno a quiénes acompañarán al mandatario durante el próximo quinquenio, y si en la nueva cúpula figurará algún potencial delfín.
Los nuevos miembros del todopoderoso Comité Permanente (7 ó 9 personas) serán presentados en sociedad mañana, domingo, en otro acto paralelo tras una semana de reuniones a puerta cerrada en un Pekín blindado y bajo fuertes restricciones para los periodistas debido a las draconianas medidas contra la covid.
Se sabe que los hasta ahora números 2, 3, 4 y 7 del PCCh, Li Keqiang, Li Zhanshu, Wang Yang y Han Zheng, ya no están en el recién nombrado Comité Central, con lo que habrá al menos cuatro caras nuevas en la cúpula del poder.
Sí figura en el Comité Central el titular de Exteriores, Wang Yi, que podría sustituir a Yang Jiechi al frente de la Oficina de la Comisión de Exteriores del PCCh.
Al margen, los delegados también eligieron hoy una nueva Comisión Central de Inspección y Disciplina, que en el pasado quinquenio investigó 4,65 millones de casos de corrupción.
Infobae (Con información de EFE)
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